Susana Rinaldi, argentina con aires franceses

 
"La Tana", entre la música y los libros. Foto: Aníbal Greco

Antes de regresar a Francia, donde ocupa desde fines del año pasado el cargo de agregada cultural en la embajada argentina, Susana Rinaldi se presentará esta noche en el Centro Cultural Kirchner, junto con la orquesta del maestro Juan de Dios Filiberto y el trío de Pipi Piazzolla. Cantará en total siete temas, en el marco de un espectáculo gratuito que se llevará a cabo desde las 21 en La Ballena Azul, la lujosa sala del espacio que funciona en la ex sede del Correo Central. "La Tana" también aprovechó su estada en Buenos Aires para ocuparse de la edición del flamante disco Susana Rinaldi a Chico Novarro: Conmigo, que ella define como un "merecido homenaje en vida a un gran autor".

Para Rinaldi, "Chico Novarro es un constructor ejemplar, tanto musical como poéticamente hablando. Hace rato que tenía el deseo de rendirle un homenaje -revela-, así como en su momento lo hice con Aníbal Troilo, Homero Manzi y Cátulo Castillo. Es un disco en el que empecé a trabajar hace tres años y que es bien diferente a lo que suelo hacer. Siempre he sido muy enfática como intérprete, y no me arrepiento, porque hay repertorios que piden eso. Pero esto es otra cosa". En el álbum, que incluye temas como "Cuenta conmigo", "Cómo", "Orquesta de señoritas" y "Alba de olvido", coescrito con María Elena Walsh, participan Juan Esteban Cuacci, en piano; Juan Pablo Navarro, contrabajo; Mariano Cigna, bandoneón; Pablo Agri, violín; Jorge Pérez Tedesco, chelo, y Mirta Álvarez, guitarra. "Es la primera vez que yo me involucro de manera directa en la mezcla de un disco -cuenta la artista, de 79 años-. La idea fue que la voz acompañe lo que queremos decir, que no sea algo omnipresente, destacado por encima de todo. Es un conjunto musical que incluye una voz. Hacía mucho que no pisaba un estudio y estoy muy feliz con el resultado." Rinaldi preparó el disco sin previo aviso a Novarro, como una sorpresa. "Y él, que es muy reservado, apenas me dejó un mensaje en el contestador de mi casa cuando se enteró: «Hola, soy Chico Novarro. Muy lindo el disco.» Eso fue todo. Pero creo que la gente de la generación de él es un poco así. Desde hace un tiempo, Chico no se deja ver mucho, pero un mimo no le viene mal a nadie. Creo que está contento con lo que hice porque se lo dijo a Juan Esteban Cuacci. Ahora nos hicieron un par de notas radiales juntos y fue muy lindo, lo noté bien."

Sobre su trabajo en Francia, Rinaldi asegura: "La idea es aprovechar la puerta que dejaron abierta para la cultura argentina gente como Ástor Piazzolla y el escritor Héctor Bianciotti". París es un lugar que conoce muy bien (vivió allí durante la época de la última dictadura militar en la Argentina), pero que hoy, advierte, luce distinta: "Es una ciudad con otras cargas emocionales, con situaciones de riesgo diferentes. El atentado contra la revista Charlie Hebdo dejó a mucha gente afectada, obviamente. Nos dio pautas muy desalentadoras de la realidad actual. Pero Francia reaccionó pronto, por suerte, garantizándoles protección a sus ciudadanos y a todo el que la pise. No en vano sigue siendo una ciudad tan elegida por el turismo. El desfile del último 14 de julio [día de la Fiesta Nacional de Francia] tuvo una gran pomposidad, con el claro objetivo de levantarle el ánimo a la gente. Yo añoro también a muchos amigos que murieron, sobre todo porque lo pasé muy bien con ellos allá. Viví muchos años en Montmartre, un barrio bohemio que hoy cambió mucho. Lo que sigue vigente es la relevancia que se le otorga a la cultura argentina. En el espacio de La Maison Rouge [fundación privada dedicada a la exhibición de arte contemporáneo], la Argentina siempre tiene prioridad. Eso se da por la personalidad que tenemos", dice la cantante, que también está a cargo de una colección de libros editados por la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI) y dedicados a importantes artistas argentinos, como Domingo Cura y Horacio Malvicino.

"Editamos no hace mucho el de Malvicino, que está enfocado en su relación con Piazzolla. La colección se llama Testimonios, y el libro, Piazzolla y yo. Malvicino cuenta su trabajo con Ástor, que arrancó en la década del 50, y habla también de la amistad que los unió, de sus viajes por el mundo juntos. Es un libro, como digo en el prólogo, que habla de un tiempo que no volverá, pero permanece en el corazón de todos aquellos que tuvimos la suerte de haberlos conocido.".

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