Sin condena a los especuladores en la cumbre de La Habana

LA HABANA.- Finalmente, las negociaciones no alcanzaron y el Gobierno no pudo incorporar uno de los temas que Cristina Kirchner había traído a esta ciudad para despegarse de la devaluación del peso y culpar a las supuestas "presiones especulativas" contra los países emergentes que, según su visión, presionaron para provocar la abrupta suba del dólar.

Aunque la delegación oficial intentó hasta último momento incluir alguna referencia, el documento que puso fin a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) no tuvo referencia alguna a la denuncia que había hecho Cristina Kirchner durante su reunión con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que un día después ratificó en su cuenta en Twitter.

Una señal de que la propuesta no avanzaría la dio la misma jefa del Estado cuando, anteayer, antes de partir anticipadamente para Buenos Aires, evitó en su discurso hablar del tema. En ese momento, la denuncia no existía en el borrador, al que había accedido LA NACION, en el que habían estado trabajando los equipos técnicos.

Lo llamativo fue que el canciller Héctor Timerman había reconocido en un contacto con los enviados argentinos que tuvo anteanoche que se estaba negociando. "Todos coinciden en ver con preocupación cómo estos fondos especulativos, estos movimientos bruscos que hay en las economías, están relacionados. No son un sólo país, sino que son varios países", dijo entonces.

Pero si hubo fracaso, que no se note. Ayer, ya en vuelo hacia a Buenos Aires, el canciller emitió un comunicado en el que intentó de manera confusa vincular lo que había estado negociando sin éxito el Gobierno con lo que sí logró, que fue un sostenido apoyo sobre el proceso de pago a los acreedores externos, decisión que aún tiene pendiente la justicia norteamericana. Timerman enmascaró la falta de acuerdo. Detalló entre los logros que consiguió la Argentina en la cumbre el respaldo de la Celac a lo que había expresado la Presidenta sobre la deuda, y lo que supuestamente había conversado con Dilma Rousseff. Pero en Twitter Cristina no habló del pago a los acreedores, sino de que había existido un complot contra el dólar, inspirado por los bancos que en complicidad con los exportadores e importadores habían hecho "maniobras especulativas".

El Gobierno había intentado conseguir apoyo regional en este foro para desligar la devaluación de una decisión oficial. Lo que pretendía era una mención que le diera aire internacional a su denuncia sobre una supuesta desestabilización de "intereses económicos".

"En materia financiera, y en consonancia con las palabras expresadas en el plenario por la Presidenta y durante su reunión con Dilma Rousseff, la Celac respaldó la propuesta argentina de señalar la necesidad de una mayor estabilidad y predictibilidad del sistema financiero internacional", fue la fórmula de Timerman para que no se notara la falta de apoyo.

Pero ese párrafo es, en rigor, el artículo 45 de la declaración de La Habana, que se refiere sólo a la deuda. Ése sí fue un triunfo político oficial. La redacción parece pensada sólo para la situación argentina, ya que reclama "garantizar" los acuerdos alcanzados entre acreedores y deudores.

Otro traspié fue el impulso que le dio Cristina a la propuesta de Venezuela de incorporar a los movimientos independentistas de Puerto Rico, estado asociado de los Estados Unidos, que terminó sólo con una escueta mención por falta de acuerdo.

La cumbre cerró ayer por la noche sin Cristina Kirchner, que volvió antes a Buenos Aires de manera anticipada. En la comitiva no habían dado razones para explicar la partida antes de tiempo. Tampoco participó de la foto de familia entre todos los presidentes, anteanoche, en las escalinatas de ingreso al Palacio del a Revolución.

Sin sorpresas, el documento final reiteró el apoyo al reclamo argentino por la soberanía de las islas Malvinas, y el Gobierno consiguió una declaración especial que condena "la pesca ilegal" en la zona.

Rousseff dijo que Cristina "no pidió ayuda"

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo que no ofreció ayuda a la Argentina para afrontar la crisis cambiaria porque "no fue pedida".

Ante la consulta de la prensa brasileña, luego de la reunión que mantuvo con Cristina Kirchner antes de comenzar la Cumbre de la Celac, Rousseff declaró: "No vamos a ofrecer ninguna ayuda por un motivo muy simple: en ningún momento la Presidenta la solicitó. Cristina cree que está lidiando con esa situación y que cada país tiene sus características. La Presidenta afirmó que tiene todas las condiciones, que están atentos y que van a tratar esa cuestión"..

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