Siempre es más sencillo acumular cuando la suma anterior dio cero.
Esa es la lógica con la que llegará la semana que viene Mauricio Macri a Córdoba, en la primera visita como presidente a la provincia que resultó determinante para su acceso a la Casa Rosada.
En los preparativos para la primera reunión del gabinete nacional fuera de la Capital Federal, los funcionarios nacionales ya se atajan por anticipado: saben que no podrán cumplir con las expectativas y demandas que se encontrarán por estos lados, pero sostienen que ya sólo con los gestos hacen una diferencia con lo que fueron aquellas relaciones rotas de los gobiernos nacional y provincial durante casi ocho años.
Es más, desde Buenos Aires aluden a respuestas graduales y piden “paciencia”.