Los trabajadores de Economía le piden un aumento de 35% a Kicillof

Crédito: Télam

Trabajadores de ATE que se desempeñan en la Secretaría de Hacienda, a cargo de Juan Carlos Pezoa, solicitarán a través de un "ruidazo" que comenzará a las 12 hs un incremento salarial del 35% anual, más la suba del salario mínimo de 4.500 a 9.000 pesos. Este será la primera demanda salarial que enfrentará esta año Kicillof, ya que luego vendrán los trabajadores de ATE Indec que tambien irán con un planteo similar.

Pero el ministro no escuchará el ruidazo ya que hoy a media mañana viajará a Brasilia en busca de destrabar un problema que preocupa a Economía, como es la relación comercial con el mayor socio en el Mercosur, en particular el intercambio automotriz y el desequilibrio de la balanza comercial entre ambos países que mostró un deficit de 3.100 millones de dólares para la Argentina en 2013, de los cuales 2.400 millones correspondieron a material rodante.

Inquieta el creciente déficit de divisas en el intercambio

Comitiva con ausencias

El ministro viajará acompañado de la ministra de Industria Debora Giorgi, el directivo de Asociación de Fabricantes de de Autos de la Argentina (Adefa) y presidente de Ford Argentina Enrique Alemañy, el presidente de la Asociacion de Fabricantes de Componentes (AFAC) Juan Cantarella y Gustavo Ventualo, presidente de Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra).

A diferencia de la reunión celebrada la semana anterior en el Palacio de Hacienda no será de la partida el presidente del Banco Central de la República Argentina, Juan Carlos Fábrega.

Por el lado de Brasil participarán de la reunión el ministro de Desarrollo e Industria Mauro Borges, el asesor presidencial Marco Aurelio García y junto al secretario ejecutivo del Ministerio de Hacienda, Rogelio Cafarelli. Por el sector privado estará el presidente de Anfavea y de General Motors Brasil, Paulo Moan, quien había manifestado el último fin de semana que las exportaciones brasileras de coches para la Argentina cayeron en el primer trimestre de 2014 un 32% con respecto a igual período de 2013.

Diferentes percepciones

La calificación de "excelente reunión" que lanzó el ministro de Economía Axel Kicillof luego de aquel encuentro al parecer no fue la misma que experimentaron los brasileños. Es que de acuerdo a lo que trascendió, fuentes del vecino país destacaron que si bien ésta fue muy cordial, hubo un pedido explícito de Kicillof a las autoridades de Brasil para que aumenten las compras a la Argentina. Este encuentro se dio en el contexto de una caída en la producción automotriz del 8,4% en Brasil durante el primer trimestre, y del 16% en la Argentina, según cifras de Adefa -la entidad que nuclea a las terminales radicadas en la Argentina- y su par Anfavea, por el lado de Brasil.

El 30 de junio vence el Programa de Acuerdo Automotriz

En ese encuentro también participaron la ministra de Industria Débora Giorgi, el presidente del BCRA Juan Carlos Fábrega, el embajador en Brasil Luis María Kecler y el secretario de Comercio Augusto Costa y junto a Borges, junto al secretario ejecutivo del Ministerio de Hacienda de Brasil, Paulo Cafarelli, quien es el encargado de la estrategia brasileña de ofrecer un financiamiento de 2.000 millones de dólares a empresas argentinas a través de líneas de crédito que otorga el Banco de Desarrollo de Brasil con el objetivo de dinamizar el comercio bilateral.

La sorpresa de esa reunión fue que en medio de las negociaciones Kicillof sacó a relucir un problema del intercambio bilateral automotriz que las autoridades argentinas vienen observando desde enero de este año, luego de la devaluación del peso frente al dólar, más aún de cara al vencimiento del Programa de Acuerdo Común que vence el próximo 30 de junio.

De acuerdo a lo que pudo recabar Infobae, Kicillof le expresó a las autoridades brasileñas su preocupación por la caída de las exportaciones argentinas de autos a ese país entre enero y marzo de este año. El 77% del déficit comercial con ese país corresponde al rubro automotriz. El ministro informó que desde el año pasado Brasil aumentó sus importaciones de autos de terceros países, como por ejemplo China, Japón y naciones de la Unión Europea, y redujo sus importaciones de vehículos desde su mayor socio en la región.

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