Llegó el sacudón a mercados emergentes

Mientras la Argentina mueve el tablero de su mercado cambiario, los llamados “mercados emergentes”, entre los que se encuentran nada menos que China, Brasil, Rusia y Turquía, entraron finalmente en tensión en el marco de la anunciada política monetaria menos expansiva por parte de la Reserva Federal norteamericana.
Así, arrastrado por los “emergentes”, el índice “Standard Poor’s 500” cayó 2,1 por ciento el viernes, finalizando así su peor semana desde junio de 2012.
El diario The New York Times puso como principal señal de alarma de los mercados al índice de crecimiento de las manufacturas en China -país que demanda las materias primas de los países del Sur- dado a conocer el último jueves, que mostró una contracción por primera vez en los últimos seis meses.
En ese contexto, la moneda de Turquía, así como el rublo tocaron sus mínimos históricos ante las monedas fuertes: el dólar y el euro.
El Banco Central turco perdió reservas por nada menos que 3 mil millones de dólares entre el 10 y el 17 de enero -claro que aún conserva el astronómico nivel de 129 mil millones-.
En ese contexto, luego de la devaluación argentina, el Real brasileño tocó su valor más bajo en cinco meses, en tanto que el rand sudafricano llegó a su menor cotización en cinco años.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, concurrió al foro de Davos para asegurar que la “estabilidad” es uno de los mayores valores de su administración.
El discurso no la libró de la amonestación de la revista Veja -de corte opositor-, que le endilgó “negar la crisis” y querer pintarle a los inversionistas un Brasil “color de rosa”.
En tanto, los medios especializados -como el diario The Financial Times- se preguntan por estas horas si los mercados están ante “otro 1997”, año de la crisis asiática.
Aquella crisis detonó la situación de los mercados emergentes en un contexto distinto, sin que se hubiera registrado el “boom” de las commodities que ahora parece llegar a su fin.
Los analistas separan la situación argentina -a la que atribuyen a desacoples internos- ya que el país -a diferencia de las demás economías emergentes- no viene dependiendo del financiamiento internacional.
En ese contexto de tensión, el magnate Paul Singer, dueño del fondo buitre Elliott Management, que litiga contra la Argentina en tribunales norteamericanos le dijo a The Wall Street Journal que espera “más turbulencias en los mercados emergentes”.
Toda la situación, que incluye las previsiones de crecimiento más bajas para China en varios lustros, se desata luego de que el saliente presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, sea vivado casi como un héroo por haber “salvado” a la economía norteamericana.
La máquina de imprimir billetes verdes, una política a la que Rousseff llamó en su momento “un tsunami monetario” parece haberle servido una vez más a los Estados Unidos para exportar buena parte de las consecuencias de la mayor crisis económica desde la década del 30, que estalló entre 2007 y 2008.
Habrá que ver si, finalmente, estamos ante un “nuevo 1997” para los países del Sur o si los desbalances globales pueden llegar a un punto de equilibrio que no derive en empobrecimiento y pérdidas de niveles de empleo en los países “emergentes”.

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