Leo Messi y Di María rescatan a Argentina

Argentina se mereció el estallido de alegría inenarrable ni Suiza debió llevarse un impacto tan bestial. La teórica supremacía americana no se vio, y solo la gracia de Di María permitirá al equipo seguir soñando con ver el cielo de Maracaná en la final del 13 de julio.

Mucho deberá mejorar para alcanzar la tercera etapa. Aunque Sabella vea índices de mejoría, la realidad se lo niega. Ganó porque tiene más futbolistas que pueblan los equipos de élite que sus rivales, por ahora, y Suiza no fue una excepción. Muy trabajada y ordenada, un poco rígida, se desplegó por el duro y seco césped de Sao Paulo exhibiendo un plan de juego, movimientos e ideas, aunque nunca abandonara el perfil defensivo que desprendía la presencia de seis jugadores sin pasar el centro del campo.

 

SOLO UN PLAN Eso le bastó para crear problemas a Argentina, obcecada en una única idea, en un solo plan: que lo haga Messi. Sí, es cierto, volvió a hacerlo, con una incursión que culminó Di María sin pensárselo. Por eso acertó el madridista. Porque tiró de instinto la única vez en la que el área suiza se vio desguarnecida. El plan va dando resultados, pero llegara un día que no. Y pudo ser ayer.

Si el sujeto de ese plan se pasa más de una hora sin encarar la portería rival, existe un problema grave. Posicional o futbolístico. Ningún marcaje individual suizo lo impidió, ninguna merma física condicionó a Messi, cuyo primer remate llegó en el minuto 67 y el segundo en el 78. Considerando que Argentina gira alrededor de Leo, que goza de las ventajas que supone tener al mejor del mundo capaz de decidir en un suspiro, también padece los inconvenientes de la dependencia.

 

POR DENTRO Siempre buscó Argentina llegar a Messi para que decidiera si penetraba por dentro o combinaba. Di María le acompañó con sus quiebros y sus jugadas individuales, por la derecha y por la izquierda, con el mismo desarrollo: un inicio eléctrico y un desenlace fallido. Hasta el gol.

Suiza se llevó olés, envalentonada por la resistencia ofrecida, recreándose en momentos de aturdimiento albiceleste, y se agigantó a medida que Xherdan Shaqiri, el Messi de los Alpes , explotaba los espacios y se buscó para brillar. Estuvo peor acompañado. Disfrutó más durante 118 minutos.

igualdad de un torneo muy atractivo. Entre los 16 mejores, había 8 americanos, 6 europeos y 2 africanos. Ya solo quedan representantes de los dos continentes más futboleros, con dos eliminatorias estelares que abrirán los cuartos. Africa, que tuvo a Ghana en el 2010, se quedó vacía.

El primer enfrentamiento será, quizá, el más esperado. La lógica se cumplió en sus grupos y en los cruces, de forma que Alemania y Francia se jugarán una plaza en las semifinales el viernes en Maracaná (18.00 horas). En la memoria de muchos aficionados están los precedentes mundialistas de los 80. En dos semifinales consecutivas, el bloque germano dejó fuera de combate a los bleus. En Sevilla, el equipo de Platini, Giresse y Tigana ganaba 3-1 en la prórroga a Alemania, pero Rummenigge, medio cojo, y Fischer empataron. En los penaltis, Schumacher aupó a su selección, que triunfó también en México-86.

No habrá menos tensión en el siguiente pulso, el viernes (22.00 horas) en Fortaleza, entre Brasil y Colombia. El once de Neymar contra la sensación del campeonato, liderada por James Rodríguez y Cuadrado. El precio de las entradas se sitúan en la reventa en torno a los 1.500 euros.

Si Alemania y Brasil ganan se verían las caras en una semifinal con todos los honores de final anticipada. En la otra parte del cuadro, Argentina y Bélgica se enfrentarán el sábado (18.00 horas) en Brasilia. Finalmente, Holanda y Costa Rica cerrarán los cuartos en Salvador de Bahía (22.00 horas) con su primer duelo de la historia.

Leave a Reply