La versión Argentina de la campaña del miedo

Argentina tendrá elecciones presidenciales y la campaña del candidato Kirchenerista-Peronista, Daniel Scioli del Frente para la Victoria, está llevándose a cabo de manera parecida a la que hace unos años desarrollara el Partido Acción Nacional cuando Felipe Calderón y los empresarios mexicanos comenzaron una serie de mensajes para infundir miedo a los votantes y que no le dieran su sufragio a Andrés Manuel López Obrador.

En las calles de Buenos Aires se pueden ver los desplegados a favor de uno u otro candidato, por un lado Mauricio Macri, del Frente Cambiemos, por el otro Scioli, quien en uno de sus slogans dice: Patria o Macri, Scioli presidente, descamisados.

Esa propaganda estaba siendo colocada apenas el martes, y en los noticiarios las opiniones están divididas, los comentaristas más atrevidos llaman estúpidos a quienes están propalando mensajes como el posible despido de trabajadores de gobierno si gana el partido opositor a Cristina Kirchner, actual presidenta de Argentina.

Los comentaristas hacen alusión a lo ocurrido en México hace unos años en que se tuvo que legislar para evitar que los procesos electorales se convirtieran en una guerra sucia entre candidatos.
Pareciera que Argentina tendrá que hacer lo propio una vez que el proceso termine.

La palabra descamisados es en alusión a Eva Perón, quien llamaba “mis descamisados” a los miembros de las clases económicamente débiles de Argentina, ese mismo recurso décadas después sigue siento usado por un candidato que no pudo vencer a su oponente en la primera vuelta, la definitiva será el día 22, donde los dados siguen en el aire, las encuestas en Argentina callaron, precisamente ante los malos resultados obtenidos por las empresas encuestadoras en la última elección, así que Scioli prefiere no pensar en los sondeos de opinión y le apuesta, mediante un discurso conciliador, a ganar la elección
presidencial. Pero aún siendo el candidato de la presidencia, no está seguro de obtener el triunfo y prefiere no aventurarse.

A Scioli se le ve cansado en las entrevistas y se percibe cierta inseguridad en sus planteamientos, su esposa Karina flaco favor le hace a su marido cuando declarara que no conocía un mercado popular que visitaron hace unos días, lo que demuestra lo alejados que están de los votantes, aun cuando Scioli se desempeñaba como gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Macri jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires decidió jugarle la contra a Cristina aprovechando que su pupilo Scioli no tiene tanta penetración en el ánimo de los argentinos.

Pero aparte del tema electoral puedo decir que las condiciones de Argentina en materia económica son complicadas, el dólar en el mercado negro se vende por particulares casi frente a la nariz de las autoridades, la especulación con la moneda alcanza niveles que podrían hacer reventar como chinampina las condiciones de este país que ya tuvo una experiencia atroz hace poco más de 15 años, recordemos el famoso corralito.

La ciudad de Buenos Aires muy vital por su gente, pero en condiciones deplorables. Es la capital de uno de los países más importantes de sudamérica, pero luce sucia y descuidada.

Los edificios públicos y privados muestran el paso del tiempo, no alcanza ni para una mano de pintura y la basura puede observarse a lo largo de calles y avenidas, algo que no deberá tener tan contentos a los argentinos a quienes se les observa amables y pendientes de la elección presidencial.

Otro de los aspectos que se observaron es la presencia de personas sin hogar, hombres que no han rebasado los 35 años y que duermen en las calles, completamente alejados de la realidad, ya sea por el alcohol o por las drogas.

Llama la atención que la Casa Rosada, la casa presidencial, está rodeada de vallas listas para montarse en cualquier momento. La emblemática residencia está frente a la Plaza de Mayo donde se reúnen las madres que han perdido a sus hijos.

Las condiciones económicas de Argentina son muy complicadas, el peso argentino no está fortalecido y la economía está cada vez más dolarizada y la comida muy cara.

Este es el panorama previo a la elección presidencial, en estos momentos nadie se atreve a predecir quién ganará la elección, la incertidumbre es lo que impera. Mientras, Buenos Aires no vive sus mejores momentos; pareciera que la presidenta está lejana a sus gobernados, a Cristina sólo un milagro puede salvarla.

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