La historia de la princesa portuguesa que podría haber reinado en …

Un personaje de la historia argentina ha sido casi olvidado. Quizás porque en los colegios primarios y secundarios ni siquiera se la menciona, a raíz de la incomodidad que le genera al relato de los héroes revolucionarios que parieron la nación en el siglo XIX. Fue una temible mujer, de un fuerte temperamento, que podría haber llegado a ser una reina en el Río de la Plata, con el apoyo de Belgrano, Castelli y otros compañeros de ruta. Se trata de Carlota Joaquina de Borbón, "Candidata a la Corona" (Siglo XXI) que reclamó en 1808 ser soberana de lo que hoy conocemos como Argentina. Y cuyos planes se frustraron.

Marcela Ternavasio, doctora en Historia (UBA) e investigadora del Conicet especialista en historia política iberoamericana, posó la lupa sobre este enigmático personaje: "Estudiar a Carlota Joaquina me permitió reconstruir un mundo de disputas diplomáticas, de conflictos de poder locales, traiciones y alianzas inestables que exhiben la enorme incertidumbre que sobre el futuro inmediato embargaba a todos los actores involucrados".

Se refiere a la crisis desatada luego de las llamadas Abdicaciones de Bayona, cuando Fernando VII dejó de ser el rey al que la zona rioplatense debía jurar lealtad, y aparecían distintas opciones políticas. Entre ellas, renunciar a la dependencia colonial de España era una más y no la única: también estaba la llamada "opción carlotista", que consistía en obedecer a esta infanta española, hermana mayor de Fernando VII, y princesa portuguesa. "Hasta Manuel Belgrano tuvo sus razones para apoyar esta iniciativa", cuenta Ternavasio en diálogo con Clarín.


"La familia de Carlos IV", de Goya: un retrato de toda la familia Borbón en 1800. Hay dudas sobre quién es Carlota Joaquina en esta pintura.

La trama está repleta de elementos que la convierten en un thriller de nuestra historia decimonónica: traiciones, lealtades y estrategias político-diplomáticas dignas de ser contada. Y, por si fuera poco, se trata de un elemento más que desnuda lo poco pensada que fue la revolución que dio origen a nuestro país el 25 de mayo de 1810: "No sé qué habría ocurrido en nuestro territorio de haber cuajado una regencia con sede en Buenos Aires, pero sí sé a través de las investigaciones en curso (y de la mía propia con la infanta Carlota) que los revolucionarios porteños se hicieron revolucionarios al calor de los acontecimientos y no como producto de un plan largamente elaborado", reflexiona Ternavasio.

Carlota Joaquina enfrentó todo tipo de desafíos, y supo moverse como una hábil política, pero la leyenda negra triunfó y tuvo un oscuro paso a la historia. "Las visiones se centraron en la personalidad de la infanta y en sus atributos físicos. El hecho de ser mujer la colocó, además, en las clásicas perspectivas que hicieron de ella una mujer extremadamente fea y viril, conspiradora y dueña de un carácter explosivo, decidida a lograr cuotas de poder en cada uno de los escenarios en los que se movió, y dispuesta a traicionar a su propio marido para lograr sus objetivos".

Pero hay mucho más para contar, y el libro de Ternavasio salda esta deuda historiográfica.

"Lo que la investigación arroja es la imagen de una mujer excepcional en el literal sentido del término", cuenta. Aquí, algunas pistas para entender este desafiante personaje que influyó en la historia latinoamericana.

- La situación de los portugueses en Brasil en 1808 fue un tanto particular, porque todas las autoridades se trasladaron de Europa a América. ¿Cómo aparece Carlota Joaquina ahí?

- Efectivamente, la reacción de los portugueses fue peculiar porque al trasladarse toda la familia real a su principal colonia del Brasil se trasladaba también la Corona a una nueva sede. Este largo viaje por el Atlántico, en el que se calcula que embarcaron entre 10.000 y 15.000 personas (toda la Corte y funcionarios de la Corona junto a sus familias, sirvientes y dependientes), implicó que la monarquía quedara a salvo y que la crisis política que generó en la metrópoli portuguesa la ausencia del rey transitara por carriles diferentes a los que debió enfrentar España. En ese viaje transatlántico se encontraba Carlota Joaquina de Borbón, hermana mayor de Fernando VII casada con el príncipe regente de Portugal, João VI.

"El viaje de la corte portuguesa a Lisboa dejó a todos atónitos: por primera vez en Brasil vieron a sus lejanos monarcas en persona con todos los atributos de la realeza"

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