La Argentina debe alentar cada vez más las exportaciones …

Desarrollar en la Argentina políticas que promuevan las ventas al exterior, rever el sistema de reintegros e incluso impulsar un tipo de cambio diferencial podría favorecer aún más el crecimiento de las pymes argentinas beneficiadas con la sustitución de importaciones.

Así lo planteó el director general de Libus, Lucas Argul, quien comanda una empresa pyme líder del mercado en la fabricación de elementos de seguridad y protección laboral, nacida hace apenas una década, en 2003, y que produce más de 500.000 cascos y más de 3.000.000 anteojos por año en su planta del distrito bonaerense de Berazategui.

Argul destacó el espaldarazo que recibieron en los últimos años las pequeñas y medianas empresas (pymes) de la Argentina con la política de sustitución de importaciones, el caso de que estuvieran en condiciones de aprovecharla, y con los créditos a la producción que otorga el Gobierno en busca de potenciar la industria nacional.

Pero subrayó la necesidad de que el país fomente las ventas al exterior de productos manufacturados, en lugar de cobrar un virtual "impuesto a las exportaciones", al aplicar retenciones del 5 por ciento que luego, generalmente, no son reintegradas a los empresarios, señaló Argul en una entrevista con Noticias Argentinas.

"Esto a todos los exportadores nos mató (...) Nosotros somos una pyme que exportamos valor agregado y tener los reintegrados bloqueados por un error menor nos complica financieramente", dijo Argul, quien explicó que la normativa vigente establece que los empresarios que venden al exterior deban ingresar al país la totalidad del dinero percibido por esa operación comercial en un lapso de 180 días.

"Es muy normal que yo mande mercadería afuera por 10.000 dólares, pero me pagan 9.500 y quedan 500 boyando. Yo tenía en mi empresa 150 permisos de embarque con un error menor y hace un año y medio que no cobro el 5 por ciento, entonces le pusieron un impuesto del 5 por ciento a la exportación industrial", enfatizó.

Desechó, asimismo, la posibilidad de que el Gobierno aplique retenciones al sospechar que los empresarios buscan especular: "Yo nunca dejé un dólar en el exterior, yo hablo de mi empresa, no sé si lo habrán hecho otros por picardía, en mi empresa si hay algún dólar que no figura, es porque se trata de un error. Somos una pyme".

"Para mí lo tienen como un instrumento de financiamiento, es un tema fiscal", consideró Argul acerca de los reintegros e indicó que esta política de retenciones al comercio exterior se robusteció en octubre de 2011, después de las elecciones presidenciales, cuando la Casa Rosada aplicó el cepo cambiario buscando contener la fuga de divisas. .

Tipo de cambio "diferencial".

En este contexto, el empresario destacó la importancia de que la Argentina desarrolle políticas de exportación industrial serias, al tiempo que consideró que un eventual desdoblamiento cambiario podría servir, en la coyuntura actual, para mitigar el impacto de la inflación en dólares con la que deben lidiar los empresarios locales.

"Si hoy tuviésemos los precios de exportación que corresponden, estaríamos fuera del mercado", aseguró Argul, y añadió: "Hoy tenemos un atraso cambiario que es real, existe y nosotros no podemos estar transfiriendo a precios, a nuestros clientes en el exterior, porque perderíamos esos mercados".

"Lleva muchos años desarrollar un cliente en el exterior y no podemos decirle que la Argentina tiene inflación en dólares y le tenemos que aumentar los productos. Aumentar 7 u 8 por ciento los precios para acompañar la inflación en dólares en el país no existe", dijo, y abogó por un tipo de cambio diferencial para exportadores pymes en el país.

Argul explicó que "hoy no es ventajoso exportar productos industriales fabricados en la Argentina", como los elementos de protección de Libus, y agregó: "Nosotros las exportaciones las liquidamos al tipo de cambio oficial (...) A lo mejor el Gobierno debería pensar en un tipo de cambio diferencial para los exportadores".

"Se está hablando de un desdoblamiento cambiario. Yo creo que al exportador hay que incentivarlo, creo que sería una medida positiva, en esta coyuntura", dijo, aunque remarcó: "Antes es necesario resolver el tema de los reintegrados. Hoy en la Argentina no se le puede estar cobrando un derecho de exportación a un producto manufacturado".

Libus es una empresa que surge en 2003 como una unidad de negocios de la compañía familiar Argul, con 60 años de experiencia en la industria del plástico, y en la actualidad comercializa sus elementos de seguridad y equipos de protección laboral en 18 países de la región, incluyendo destinos en el Caribe insular como República Dominicana.

En Argentina posee el 40 por ciento de participación de mercado, porcentaje que se dispara hasta el 60% en el segmento específico de casos y protección auditiva. Destina el 60% de su producción al mercado local, el 40% lo envía al extranjero, y prevé para este año una expansión del 40% en volúmenes de material entregado, tanto para el ámbito doméstico como en cuanto a exportaciones.

La firma, que emplea a 180 personas en Berazategui, planea ingresar próximamente al mercado norteamericano, enviando sus productos a Estados Unidos, México y Canadá, y en simultáneo inaugurar una planta propia en Brasil -con una inversión de 500.000 dólares- para abastecer al vecino país desde la localidad de Mogi das Cruzes, en el nordeste de San Pablo: la fábrica entraría en acción en el segundo semestre de 2013.

Más allá de la pérdida de competitividad generada por el deterioro en el tipo de cambio, Argul observa el futuro inmediato con ojos positivos: "Yo creo que una empresa tiene valor en la medida en la que se la valora fuera de su propio país. Nosotros somos una empresa jóvenes que en apenas 10 años se convirtió en un líder referente del mercado y soy optimista, creo que vamos a salir adelante y que el país tiene muchas posibilidades", resaltó.

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