Parec que es día de ausencias en páginas españolas y de comentarios de las mismas. Muy adversos no pocos. Voy a dar mi opinión sobre ello. Que no pasa de eso. Mi opinión.
En Argentina hay un número notable de personas, de elevada instrucción, que han quedado muy escaldadas con el cardenal-arzobispo de Buenos Aires, hoy Papa Francisco. Y ese sentimiento, muy clavado en el alma, resulta muy complicado cambiarlo. Aunque el cardenal arzobispo haya sido elegido Papa. Y eso se nota en numerosas páginas de aquella nación: Wanderer, Catapulta, Página Católica, Cabildo… redactadas todas por muy queridos amigos que siguen siendo sumamente críticas con el Papa. Había allí, en determinados sectores de católicos formados, de notable nivel intelectual, superior en algunos al del mismo Papa Francisco, que no es precisamente un Papa intelectual, un ambiente muy crítico respecto a Bergoglio y ahora a Francisco que no se escandaliza por la continuación de esa hostilidad. Y el Papa tampoco se empeña mucho en desautorizar esas reservas. Más bien con sus palabras y sus actos las realimenta.
España no tiene la experiencia del cardenal Bergoglio, salvo contadísimas personas entre las que me encuentro. Y en buena parte gracias a las informaciones que me llegaban de mis amigos argentinos. No me caracterizo por un respeto ciego a la púrpura y si creo que debo criticar a un cardenal mis lectores pueden atestiguar que lo hago sin el menor reparo y también sin eutrapelias. De cuando en cuando alguien recuerda lo de la mirada torva, que la tenía, y que por ahí debe estar pues jamás retiré ese artículo. Pero lo que en Argentina, y entre los lectores de las páginas a las que me refiero, es sentimiento compartido, crítica aceptada y no causa en ellos el menor escándalo no ocurre lo mismo aquí, nación de católicos más bien papólatras y que se escandalizarían y no admitirían críticas radicales al Sumo Pontífice. Creo que hay bastantes católicos preocupados por el pontificado actual, yo me he manifestado en ese sentido en diversas ocasiones, no es el caso entre los no católicos que se muestran muy mayoritariamente encantados con Francisco, lo que también es preocupante, pero en ese medio es en el que las webs hispanas tienen que moverse si no quieren verse reducidas a páginas frikys, sin apenas lectores y no pocos de ellos con sus neuronas bastante averiadas.
Son páginas que se quieren de la Iglesia y al servicio de la misma, que están haciendo una extraordinaria labor en ese sentido y que sería absurdo que se suicidaran. Cosa que encantaría a todos los enemigos de la Iglesia y a buena parte de los escasos católicos que reclaman la explosión de unos medios que pasarían a tener nula influencia aunque entusiasmarían a los dinamitadores de la Iglesia por la derecha. Que son cuatro gatos y más bien impresentables.
Yo no he tomado ninguna de las medidas que últimamente adoptaron Infovaticana y Adelante la Fe. Y que Infocatólica había tomado antes. No soy responsable de las mismas. Pero entiendo que responden a lo que vengo diciendo. Soy un lector diario de Wanderer, que tiene un excelente nivel literario y que dice muchas cosas que comparto. Por supuesto que pienso seguir leyéndola. Denzinger-Bergoglio apenas la he frecuentado y no puedo opinar sobre la misma. Pero entre los lectores de las webs españolas que he citado ese estilo chirriaba. Y hasta incluso sus verdades. Supongo que ese ha sido el motivo de prescindir de unas colaboraciones, no pocas verdaderamente interesantes pero que hic et nunc creaban problemas. Aquello de que cúmplase la ley aunque perezca el mundo pues como que tampoco. No pasa lo mismo en distintos sitios. Una mujer no puede ir con un bañador por honestísimo que sea a una playa de Arabia Saudí. Y sería un demente el responsable de una web en aquella nación si se dedicara a poner las fotografía, ya digo que superhonestas, de esas bañistas aunque tuviera toda la razón en pensar que la ley al respecto era impresentable. Aunque seguro que no faltaría quien desde el anonimato sostuviera que eso había que defenderlo a cualquier precio. Total, no se jugaba nada.
Mi caso es otro distinto del que han tenido que afrontar los responsables de las páginas en cuestión pero con concomitancias. Tengo comentaristas que no se recatan de calificar al Papa de apóstata, masón, hereje, rufián, malvado… y se molestan si les borro o si les echo ante su insistencia. Van dados si se creen que mi Blog se va a convertir en un pim pam pum al Papa. Pueden irse borrando si esperan eso. Creo tener bastante manga ancha en la expresión de reservas ante el Papa Francisco. Algunas de las cuales me parecen bastante desorbitadas aunque tengan una base preocupante. No faltan los que afirman que mi Blog es declaradamente antipapal. Creo que jamás he escrito un artículo que pueda calificarse así. Aunque tampoco se caracterice por el incienso a Francisco. A mí me gustaron más otros Papas pero he declarado siempre, y así lo pienso, que mi Papa hoy es Francisco. Con mis preocupaciones. Pues eso es lo que hay.
Creo que no se le debe dar más importancia al cese de unas colaboraciones que se han juzgado, supongo, no eran convenientes aquí y ahora. No se las descalificó. O al menos yo no le he leído. Simplemente podrían crear problemas aquí. Y se ha tratado de evitarlos.
A mis amigos argentinos, queridísimos, todo mi afecto. Y la seguridad de mis lecturas. Creo que todos, los responsables de las páginas españolas y los de las argentinas, y yo también desde mi modesto Blog, queremos el bien de la Iglesia. Cantando cada uno nuestra canción. En la seguridad de que todos, yo el primero, en ocasiones desafinaremos. No me parece grave ante tanto desafino como escuchamos cada día. Desde la princesa altiva a la que pesca en ruin barca. No estamos ante un desencuentro o una crítica. Sólo ante la decisión de que cada uno siga su camino. Qué todos nos lleven al cielo. Que es lo único importante.
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