Partidazo el de Berlocq. Partidazo. Porque el argentino, ante la ausencia de Juan Martín Del Potro, fue el encargado de jugar en singles. Y cumplió. En un partido extenso y complicado (el calor afectó y mucho), Charly superó a Philipp Kohlschreiber, quien abandonó en el quinto set por una lesión. Fue 3-6, 7-5, 2-6, 6-4, 4-5 y abandono en cuatro horas de juego.
De movida la historia arrancó mal. Kohlschreiber quebró en el primer game del partido y, con mucha seguridad y solvencia, construyó un set perfecto. Berlocq estuvo fino con el saque, pero algunos errores no forzados lo condenaron. Fue 6-3 para el alemán.
Parejísimo. Es la mejor palabra para definir el segundo set. Berlocq y Kohlschreiber mantuvieron su saque sin demasiados sobresaltos, y recién en el undécimo juego el argentino logró quebrar. 7-5, puño apretado de Charly y delirio en el Parque Roca.
Los viejos fantasmas del primer set reaparecieron en el tercero. Kohlschreiber manejó los hilos del partido: golpeó desde el fondo, llegó bien a la red y el saque lo acompañó. Nada pudo hacer Berlocq. Fue 6-2 para el alemán.
La reacción del argentino fue instantánea. Otro parcial parejo y duro, pero Charly encontró un quiebre en el séptimo game para empezar a encaminarse en el set. 6-4 y a lucharla en el quinto.
Berlocq estuvo activo y afiladísimo en el parcial definitivo. No le pesaron ni las cuatro horas de juego ni el calor. Corrió de punta a punta, como si el partido estuviera transitando los primeros minutos de juego. Kohlschreiber sufrió una lesión en el octavo game, y en el décimo abandonó.
El triunfo, vital: en los papeles parecía que el alemán era más. Charly quemó esos papeles y obtuvo el primer punto para Argentina. Pero también es vital el cansancio de Kohlschreiber, quien mañana tendrá (si la lesión le permite) que jugar el dobles.