Mora Cordeu
La singularidad y riqueza de la cultura argentina fue destacada hoy por el presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), Raúl Padilla López, al dar la bienvenida al país invitado de honor, en el acto de apertura de la 28va edición de este encuentro, considerado el más importante en Latinoamérica.
Un concepto que fue desarrollado posteriormente por el canciller Héctor Timerman al frente de la nutrida delegación que viajó a participar de múltiples actividades en la Feria, integrada por escritores, artistas y distintos representantes de la cultura.
Más de mil personas colmaron la capacidad del auditorio Juan Rulfo en el que tuvo lugar la inauguración, un acto conmovedor donde la Argentina ocupó un espacio privilegiado a la hora los discursos.
En el estrado se ubicaron autoridades de la FIL, de la Universidad de Guadalajara, de la Universidad Autónoma de México, funcionarios del estado de Jalisco, el canciller argentino y la directora de Asuntos Culturales, embajadora Magdalena Faillace, Claudio Magris y la escritora Esther Cohen, quien hizo una semblanza del escritor galardonado con la máxima distinción de la feria.
La indignación y el dolor por los 43 estudiantes normalistas asesinados en la localidad de Ayotzinapa, en el Estado de Guerrero, fueron temas mencionados en los discursos que se sucedieron a lo largo de dos horas en una conmovedora ceremonia, interrumpida por los aplausos frente al pedido de justicia.
Ante la presencia de la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y la mención a su nieto recuperado luego de 36 años de lucha, el público estalló en una ovación: "Su ejemplo puede ayudarnos para reinventarnos como país", dijo Itzcoatl Tonatiuh Bravo Padilla, rector de la Universidad de Guadalajara, y enfatizó que la FIL "se solidariza con los familiares de estos jóvenes y solicita que se restituya el estado de derecho".
"Probablemente de todos nuestros sentimientos el único que no nos pertenece es la esperanza: la esperanza pertenece a la vida, es la vida misma", fue una cita de Cortázar leída por el rector, que también arrancó un aplauso cerrado de la gente.
Por su parte, Timerman manifestó su solidaridad ya que "lo sucedido forma parte de una situación regional que debemos enfrentar entre todos".
También el canciller se refirió a la diversidad cultural como rastro identitario, desde los pueblos originarios, las sucesivas inmigraciones hasta ahora con la llegada de los hermanos latinoamericanos. "Todos ellos han construido una cultura argentina y universal".
Timerman recordó que México es la cuna del libro de América, así como también aludió al diálogo entre las historias bicentenarias, a los acuerdos bilaterales, y al respaldo de este país en el proceso de re-estructuración de la deuda soberana: "No hay que dejarnos avasallar por los fondos buitres", afirmó.
Sin olvidarse de lo literario, el canciller expresó que es una buena oportunidad para el negocio editorial y detalló la programación argentina, que incluye homenajes a Cortázar, Juan Gelman y Adolfo Bioy Casares, así como un gran número de mesas redondas a desarrollarse en el Pabellón argentino, de 1700 metros cuadrados.
Tonatiuh Bravo Padilla, quien mandó un saludo a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por aceptar la invitación y deseó su pronta recuperación, señaló que este año en la Feria se celebrará el 20 aniversario de la Cátedra Julio Cortázar, fundada por Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, "dos ausencias que se sienten mucho", deslizó.
Además, la escritora argentina Inés Fernández Moreno recibirá el premio Sor Juana de la Cruz, indicó a su vez Rafael Tobart de Teresa, a cargo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Precediendo la entrega del premio a Magris, la escritora mexicana Esther Cohen desgranó una ajustada semblanza del reconocido escritor italiano: "Un escritor de fronteras, el infinito viajante", definió.
Magris, dirigiéndose a la sala en español, dijo que sus amigos mexicanos lo ayudaron a conocer al país "desde el interior" y que "por ellos" siente su "más profunda y conmovedora gratitud".
Ya en italiano, el escritor leyó un texto, "Lápices de colores" que deleitó a los presentes que seguían la traducción en una gran pantalla.
"Escribir es también un intento de construir un Arca de Noé para salvar todo lo que amamos, para salvar -deseo vano e imposible, quijotesco pero 'inextirpable'- cada vida", dijo en la parte final.
"No sé qué color tenga este grácil y maltrecho barquito de papel que podemos construir con nuestras palabras; sabemos que está destinado a hundirse pero no por eso dejamos de escribir. Y si se hunde, su escritura no será de color negro, que es ausencia de color, sino blanco, será la unión de todos los colores", remató.
Por último, Tobart de Teresa dio por concluida la ceremonia e inauguró oficialmente la Feria, tras lo cual los presentes se dirigieron al Pabellón argentino, donde tuvo lugar el tradicional corte de cintas.