Dos policías murieron y otros dos resultaron heridos luego de un nuevo ataque del grupo rebelde Sendero Luminoso en la selva de Perú, una semana después de que los subversivos incendiaran tres helicópteros de la operadora del único gasoducto del país, dijo el sábado el Gobierno.
El director de la Policía peruana, Raúl Salazar, afirmó que un grupo de insurgentes emboscó en la noche del viernes a una patrulla de la dirección antidrogas de las fuerzas del orden que se dirigía al distrito cusqueño de Kepashiato, en la boscosa zona del VRAEM (Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro).
"Ayer a las siete de la noche una patrulla integrada por cinco efectivos de la unidad de Inteligencia salieron hacia Kepashiato a bordo de una camioneta. A la altura del kilómetro 51 de la carretera fueron emboscados presuntamente por delincuentes narcotraficantes", confirmó el jefe de la policía a la radio local RPP.
La semana pasada en una zona cercana a esta localidad, Sendero Luminoso incendió tres helicópteros con los que la firma Transportadora de Gas del Perú (TGP) movilizaba a sus trabajadores para el mantenimiento del ducto, poniendo en riesgo la seguridad energética del país andino.
Por Kepashiato, en el sureste del país, pasa el único ducto que transporta el gas desde el rico campo Camisea, la mayor reserva gasífera de Perú, hasta Lima y que sirve para producir el 50 por ciento de la energía eléctrica del Perú y más del 80 por ciento del Gas Licuado de Petróleo que consume el País.
El jefe de la policía refirió que existe disposición del jefe supremo de las fuerzas armadas de reforzar con personal militar y policial toda la zona del VRAEM, donde los remanentes de Sendero Luminoso en alianza con el narcotráfico realizan ataques contra las fuerzas del orden.
"Son 10 bases militares que van a estar a cargo del comando del VRAEM como también se van a aperturar bases contrasubversivas de la policía nacional como comisarías. El Gobierno ha dispuesto la compra del equipamiento adecuado para las fuerzas del orden en ese lugar", agregó Salazar.
En esta localidad, rebeldes de Sendero Luminoso secuestraron en abril a 36 trabajadores de empresas contratistas que operan el sistema de transporte de gas de Camisea, lo que movilizó a más de 1.500 policías y militares en la sureña región de Cusco.
Tras seis días de cautiverio, los trabajadores fueron liberados sanos y salvos por sus mismos captores, en un desafío al Gobierno del presidente Ollanta Humala y que derivó en la renuncia de los entonces ministros de Defensa e Interior.
En la búsqueda de los guerrilleros durante ese operativo, 10 policías y militares perdieron la vida en enfrentamientos con los rebeldes.
El secuestro de trabajadores -el mayor en la zona del VRAEM desde el 2003- tuvo un fuerte impacto mediático en Perú, país que aún recuerda el apogeo del grupo rebelde que realizaba atentados casi a diario hace dos décadas.
Si bien los rebeldes no representan un riesgo potencial para la estabilidad del Estado peruano, sus esporádicos ataques y emboscadas han dejado en los últimos cuatro años al menos 60 policías y militares muertos tras una ofensiva militar.
Sendero Luminoso tuvo su apogeo en las décadas de 1980 y 1990, período cuando el país sudamericano sufrió una guerra interna con un saldo de unos 69.000 muertos y desaparecidos.
Tras la captura de su líder y fundador, Abimael Guzmán, el grupo guerrillero quedó prácticamente derrotado y se replegó a zonas remotas de los Andes y la selva del país, principalmente en la zona del VRAEM.
(Reporte de Omar Mariluz)