Tan sucias tienen sus conciencias los altos dirigentes del PRD y de las otras izquierdas, que a más de diez años de haber sido exhibidas en video sus corruptelas, aún los pone a temblar el nombre de Carlos Ahumada.
Ese empresario argentino, al que dirigentes como René Bejarano, Rosario Robles, Andrés Manuel López Obrador y casi todos los que aún se envuelven en la bandera de las izquierdas convirtieron en un monstruo, que cada que quiere los pone de cabeza.
Y es que todos se corrompieron con él, que fue el gran financiero no sólo de Bejarano, como quedó demostrado en los videos donde el líder de la IDN se guarda asquerosamente hasta las ligas que sujetaban los fajos de dólares, sino de la alta jerarquía amarilla.
En el video están al menos dos de los actuales gobernadores apoyados por el PRD: el de Oaxaca, Gabino Cué, quien pagaría con obra pública el apoyo en medios de Ahumada, y el de Morelos —qué raro—, Graco Ramírez, quien incluso aceptó públicamente haberle pedido “prestados” 50 mil pesos al empresario, mismos que, asegura, haberle pagado. ¡Ajá!
Pero esas serían palabras menores, ahora Ahumada demanda desde Argentina que el sol azteca le pague más de 200 millones de pesos que le prestó en 2003 para que liquidaran sus deudas con proveedores, medios de información y bancos.
Claro que el empresario metió esos millones a las arcas del PRD, dirigido entonces por Rosario Robles, actual secretaria de Desarrollo Social, quien en ese tiempo había sido llamada a una reunión urgente para que explicara el endeudamiento de más de 500 millones de pesos del partido, que tenía una deuda impagable.
Casualmente, unos días antes de que se celebrara la reunión, a la cual por cierto Rosario no asistió, la deuda del sol azteca bajó misteriosamente un poco más de 200 millones de pesos y nadie supo oficialmente cómo fue, aunque la mayoría lo imaginó.
Ese dinero, que ahora es reclamado por Ahumada y del cual claro que existen pagarés firmados, está en chino que lo recupere, pues en sus sucias operaciones con el PRD, el empresario embarcó también a importantes medios de comunicación, banqueros, notarios, políticos y empresarios.
Nadie quiere que a estas alturas del partido los relacionen con el caso más vergonzoso en la historia de la izquierda, cuyos responsables más conocidos son Bejarano, Rosario, Ramón Sosamontes, Carlos Ímaz, Andrés Manuel López Obrador y un sinfín de políticos que aún siguen lucrando con el dinero público.
Pero que los perredistas no se quieran pasar de vivos echándole toda la culpa a Robles de su affaire con Ahumada, pues no deben olvidar que en ese tiempo el secretario general era Carlos Navarrete, por ejemplo, que entre sus funciones debía estar enterado de los préstamos al partido.
Y menos deben olvidar el documento elaborado por ellos mismos luego de expulsar del partido a Rosario y Carlos Ímaz, en una reunión encabezada en Michoacán por Leonel Godoy, presidente sustituto, y que fue mandado al archivo muerto del PRD.
En ese documento, firmado y sellado por los entonces dirigentes —del cual por supuesto hay copia—, todos aceptan estar enterados de quién era “el novio de Rosario”; de que viajaban en su avión, que estaba en sus consejos y que financiaba sus campañas, ¿entonces?
Que no le jueguen al vivo, porque si quieren quemar en leña verde a la titular de Sedesol el tema se les puede convertir en un bumerán, ya que la PGR tendría que investigar el caso y el PRD abrir en canal sus sucios archivos, luego de lo cual quedarían desenmascarados.
¿Están dispuestos a pasar esa prueba de ácido..? Todo el mundo conoce la respuesta.
CENTAVITOS… La que anda estrenando sello es la diputada Polimnia Romana, que llegó a la Asamblea Legislativa con la bandera del PT, pero que desde el principio fue prestada al rebaño perredista para hacer mayoría con Manuel Granados y apoyar desde ahí al gobierno de Miguel Ángel Mancera. Desde ayer fue bautizada como nueva Chucha del PRD y su padrino fue nada menos que el Chucho mayor, Jesús Ortega. Que cada quien saque sus conclusiones.