A Argentina le falta camino por recorrer

Nueva York, Estados Unidos.

A pesar la nueva oferta de US$6.500 millones que Argentina presentó el viernes a los tenedores de bonos impagos de ese país en EE.UU., el camino para poner fin a la cesación de pagos de la nación sudamericana debe superar una serie de obstáculos, dijeron fuentes cercanas.

Un acuerdo debe hacer frente a una serie de cuestiones espinosas en ambos países, según las fuentes. Argentina trata de resolver su conflicto con los acreedores rebeldes que no aceptaron los canjes de deuda propuestos por el gobierno argentino en la última década, conocidos como holdouts, para volver a acceder a los mercados de deuda globales.

Se trata de la primera oferta formal del gobierno a los holdouts desde que la Argentina se declaró en cesación de pagos por más de US$80.000 millones de deuda en 2001, el mayor default de un gobierno hasta esa fecha. La propuesta argentina abarca el pago del 75% del valor que los bonistas dicen que se les adeuda.

Se prevé que cualquier arreglo al que se llegue sirva como modelo para las negociaciones con cientos de otros acreedores que han demandado al gobierno. Los fondos de cobertura estadounidenses que poseen la mayor parte de la deuda —incluyendo Elliott Capital Management de Paul Singer, uno de los mayores acreedores— no han indicado públicamente si aceptarán la oferta, dicen fuentes cercanas.

Los analistas creen que algunos de estos tenedores de bonos no se sienten presionados para tomar una decisión rápida y podrían buscar condiciones más ventajosas. El flamante mandatario argentino Mauricio Macri se ha comprometido a poner fin a la disputa entre Argentina y los tenedores de bonos, pero se espera que enfrente una férrea oposición de gran parte de la población y de algunos miembros del Congreso argentino, que denostan a esos bonistas como “buitres”.

Cientos de los tenedores de deuda más pequeños también deben aprobar un acuerdo. Existe el riesgo de que estos inversionistas, en su mayoría locales, traten de sabotear un pacto que sea funcional a los grandes fondos de riesgo de Estados Unidos.

Los negociadores argentinos retornaron a Buenos Aires después de haber pasado varios días en Nueva York manteniendo distintas reuniones en busca de romper el impasse. Su retorno a la capital argentina es interpretado por personas informadas sobre el tema como una señal de que no se espera un acuerdo inminente.

“No es hora de destapar el champán”, advirtió Charles Blitzer, economista y ex alto funcionario del Fondo Monetario Internacional, que ha estado involucrado en muchas reestructuraciones de deuda soberana. “Es el tipo de oferta unilateral que metió [a los argentinos] en problemas cinco y hasta 10 años atrás. Necesitan comunicarse con más acreedores y empezar a negociar”.

La persistencia del default ha sido un problema doloroso para Argentina, ya que le impide acudir a los mercados internacionales de capital. El gobierno de Macri apuesta a una oferta global de bonos para recaudar capital para estimular una economía sumida en una recesión.

Macri tiene algunas razones para el optimismo. El Ministerio de Hacienda argentino dijo en un comunicado que algunos acreedores, como Dart Management y Montreux Partners, habían aceptado la oferta. Los representantes de estas empresas no pudieron ser localizados o no quisieron hacer comentarios.

Mark Brodsky, presidente de Aurelius Capital Management, uno de los principales holdouts, dijo que la firma no insiste en que le paguen el total de la deuda. “Siempre hemos estado dispuestos a aceptar un recorte”, manifestó en un comunicado. El propio Singer señaló en julio que su fondo estaría dispuesto a negociar con funcionarios argentinos y aceptar una disminución del valor total de sus bonos.

Cualquier convenio tendrá que superar una significativa oposición política. La ex presidenta Cristina Kirchner convirtió el ataque a los holdouts en un pilar de su discurso político. Carteles y pancartas proclamaban “Patria o buitres”. En las redes sociales el fin de semana, los opositores de la oferta del gobierno acusaron a Macri de venderse, diciendo que incluso si Argentina paga a los holdouts 75% de lo que se les debe, Singer obtendría una ganancia suculenta.

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