Vida de dictador, muerte en cárcel ‘común’

La muerte del ex-general argentino Jorge Rafael Videla el tercer viernes de mayo reactualiz en la opinin pblica los aos trgicos de la ltima dictadura militar (1976-1983). Treinta aos despus del fin de ese Gobierno de facto, su principal promotor, idelogo y ejecutor falleci de muerte natural a los 87 aos en la celda del presidio de Marcos Paz donde cumpla condena perpetua por centenas crmenes de lesa humanidad. Una semana ms tarde, la suerte de sus restos contestados por la movilizacin de repudio en su ciudad natal de Mercedes- prolonga la sancin y revive el Nunca ms.

La muerte de Videla constituye un hecho poltico importante en la vida de la Argentina sostiene Antonio Hodgers, parlamentario nacional suizo, presidente de su bloque en la Cmara de Diputados, quien como nio debi exiliarse con su familia en Suiza.

Muri como un 'preso comn' ms

Como hijo de desaparecido la noticia me toca mucho. Veo en Videla la imagen de uno de los responsables ideolgicos de la desaparicin de mi padre. Tal vez no el ejecutor directo, pero s uno de los principales estrategas de la persecucin contra los militantes sociales y los opositores subray el parlamentario verde.

Constato, asegura Hodgers, que Videla nunca hizo una autocrtica pblica. Es un hecho lamentable teniendo en cuenta la magnitud de los hechos de los cuales fue responsable.

Es importante visualizar el lugar fsico donde muri Videla: una crcel para detenidos sociales, lo que en Argentina se llama, una crcel "comn", sin privilegios. Es el smbolo de un proceso largo, complejo, pero dinmico, profundamente democrtico, de juzgar a los responsables de la dictadura. Sin revanchismos personales ni politiqueros, sino por la va de la justicia y de la Constitucin, insiste Hodgers.

La soledad del tirano

Lamentablemente muri respetando el pacto de silencio que guardan casi todos los represores argentinos, afirma Alfredo Vivono quien entre 2005 y 2007 se desempe como Sub-Secretario de Derechos Humanos de la Provincia de Santa F, Argentina.

Lo que complica que se avance en clarificar los hechos sobre los miles de desaparecidos incluida la vida e identidad actual de ms de 400 *nios apropiados*, que fueron robados a sus padres detenidos en centros clandestinos de detencin.

Consultado sobre la trascendencia poltica del fallecimiento de Rafael Videla, Vivono es contundente: no modifica la realidad poltica de nuestro pas ni de la regin. Pero tiene un impacto significativo en tanto provoca reflexiones que movilizan a la opinin pblica, nacional e internacional, sobre quien fuera el smbolo ms visible del terrorismo de Estado en Argentina.

Vivono, expreso poltico, acta como querellante y testigo en varias de las causas contra los responsables de la represin en esa poca en su provincia, insiste en la soledad poltica que acompa el deceso del tirano, abandonado por los que lo impulsaron al poder.

Las asociaciones empresarias ms poderosas del pas que promovieron el Golpe de Estado de 1976 no dijeron ni una sola palabra, no publicaron ni un mnimo comunicado. Tampoco la Conferencia Episcopal de la Iglesia Catlica argentina, cmplice en esos aos por accin u omisin. Ni siquiera los grandes medios de comunicacin que festejaron entonces a los militares salieron hoy a defender al general fallecido.

El hecho que Videla muri en la crcel condenado por los crmenes cometidosNos da la paz y la serenidad que muchas vctimas directas necesitbamos para confiar en las instituciones y en la democracia que estamos construyendo, reflexiona.

De su anlisis surgen varias conclusiones. Constatamos que el trabajo y la perseverancia de los organismos de Derechos Humanos, en especial de las Madres de Plaza de Mayo ha dado sus frutos. No hubo venganza ni revanchas: la sociedad argentina en general y las vctimas de la represin creen en la justicia, en la Constitucin, sin necesidad que se creen tribunales ni leyes especiales.

Que las organizaciones internacionales abran sus archivos

La justicia tard pero lleg en mi pas a diferencia de otras naciones del mundo donde hay todava historias dictatoriales pendientes, subraya David Andenmatten, argentino de origen helvtico que luego de pasar ms de tres aos de prisin durante la dictadura pudo salir a Suiza.

Andenmatten, actual dirigente del Sindicato de Servicios Pblicos en Ginebra, pone el acento en los principales desafos de futuro para poder concluir el juicio a las dictaduras. Incluyendo tambin la anterior -1966 a 1973- responsable de causas hoy reabiertas como la de la Masacre de Trelew de 1972, cuando fueron fusilados 16 presos polticos luego de un intento de fuga.

Por otra parte, es esencial que los juicios abiertos a centenas de represores se aceleren. Y que se pronuncien, sin demora, las condenas respectivas.

No menos esencial, insiste el sindicalista suizo-argentino, es recrear correctamente el contexto nacional e internacional, las causas y los verdaderos responsables de la represin y los Golpes de Estado. No se trataba de militares patriticos, como se presentaban a s mismos en esa poca, sino de brazos armados sostenidos por los Estados Unidos que trataron de destruir al movimiento social que estaba muy bien organizado y movilizado en defensa de sus derechos.

Y concluye con un llamado a la comunidad internacional. Viendo que los mximos responsables del terror como Videla se llevan a la tumba informaciones vitales, ms que nunca es imprescindible que organizaciones como la Cruz Roja Internacional y las Naciones Unidas hagan ya pblicos sus archivos.

Estos contienen, concluye Andenmatten, informaciones esenciales sobre esa etapa de la historia argentina por ejemplo en relacin a las visitas de misiones internacionales a las crceles. Lo que puede contribuir significativamente a la reconstruccin de la memoria colectiva, al juicio y castigo de los responsables y a la justicia reparadora hacia las vctimas, concluye.

La justicia y los derechos humanos

 + Segn fuentes oficiales argentinas, solo en 2012, cerca de 400 responsables de la represin dictatorial fueron llevados a los tribunales. Segn diferentes fuentes los militares enjuiciados podran superar en total el nmero de 1.500. Miles son las ex vctimas que participan como querellantes o testigos en centenares de procesos.

+ La mayora de los acusados son ex militares y ex policas, fueron acusados por crmenes de lesa humanidad: secuestros, detenciones ilegales, torturas, violacin sexual, apropiacin de menores, homicidios y desapariciones forzosas. Hay tambin algunos civiles. Por el momento un sacerdote catlico ha sido condenado.

+ Estos procesos jurdicos que se siguen multiplicando en todo el pas incluyendo ahora a responsables de ciertas crceles- se reabrieron a partir del 2006.

+ En esa fecha el Gobierno promovi la declaracin de inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia debida y Punto Final, que promulgadas en los aos ochenta haban indultado a los responsables de la represin.

+ En marzo del 2013 se abri un nuevo proceso contra 25 responsables implicados en lo que se denomin Plan Cndor, que extendi y coordin la represin a toda la regin sudamericana.

+ Jorge Rafael Videla haba sido condenado en 1985 a perpetuidad en el Juicio a las Juntas Militares. En 1990 fue indultado por el entonces presidente Carlos Menem. En la actualidad haba recibido una nueva condena perpetua y otra a 50 aos de prisin. Otras causas, entre ellas la del Plan Cndor, estn en proceso.

Sergio Ferrari, en colaboracin con swissinfo.ch

Rebelin ha publicado este artculo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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