El papa Francisco aprobó ayer la canonización del cura José Gabriel Brochero, tras haber confirmado el segundo milagro atribuido a su obra, por lo que se convertirá de esta manera en el primer santo nacido y muerto en Argentina.
Concretamente, el pontífice autorizó a la Congregación de las Causas de los Santos a publicar el decreto que aprueba el segundo milagro atribuido a Brochero, en el caso de una nena que se recuperó de lesiones que la habían dejado al borde de la muerte.
El proceso de canonización comenzó en la década de 1960. Fue declarado venerable por el papa Juan Pablo II en 2014 y el 10 de mayo de 2012, una junta médica declaró que la recuperación del niño Nicolás Flores, que había sufrido un accidente automovilístico en la provincia de Córdoba el 28 de septiembre de 2000, no tenía explicación científica. Su padre le había pedido a Brochero por la vida de su hijo.
los milagros
El 7 de julio de ese año se reunió una comisión de teólogos para observar el caso y se expidieron positivamente en forma unánime. En octubre, un encuentro de obispos y cardenales estudiaron todo el proceso canónico y sus conclusiones fueron elevadas al papa Benedicto XVI, que el 20 de diciembre firmó el decreto de beatificación que validaba el milagro.
El segundo milagro atribuido a Brochero, y el que este viernes lo convirtió en el primer Santo nacido y fallecido en la Argentina, fue el caso de la niña sanjuanina Camila Brusotti, que había sido golpeada por su madre y su padrastro, lo que le produjo un infarto masivo en el hemisferio cerebral derecho. Una junta de siete médicos consideró que su recuperación fue un hecho extraordinario y un tribunal eclesiástico de Roma lo definió como un milagro producto de la intercesión de Brochero.
Brochero nació en Villa Santa Rosa el 16 de marzo de 1840 y se ordenó sacerdote 26 años después. En 1867, participó activamente en la asistencia de los enfermos y moribundos de la epidemia de cólera que azotó a la ciudad de Córdoba, donde desempeñaba su ministerio.
El 19 de noviembre de 1869 fue elegido vicario del departamento de San Alberto, conocido hoy como el valle de Traslasierra, con sede en la localidad de Villa del Tránsito, que a partir de 1916 lleva su nombre, por la destacada labor que llevo adelante hasta el día de su muerte.
La causa de su deceso fue la lepra, que se contagió como resultado de convivir con personas que padecían la enfermedad, que a él lo dejó sordo y ciego.