El pequeño archipiélago de Vanuatu, en el Pacífico, emitió el viernes una alerta roja a sus residentes y las instó a buscar refugio mientras se prepara para el ciclón Pam, que se espera roce las islas con vientos de 185 kilómetros (115 millas) por hora.
Las autoridades temen que el ciclón de categoría 5 destruya casas, cause deslaves y provoque inundaciones en la costa. Se espera que el pleno impacto de la tormenta golpee el viernes por la tarde a la capital, Port Vila.
El ciclón ya ha destruido viviendas y causado daños en otras islas del Pacífico, incluyendo Kiribati y las islas Solomón.
Pam tiene unos vientos máximos sostenidos de 230 kilómetros por hora (143 millas por hora) en su centro, que se espera pase cerca de la capital sin tocar tierra, indicó David Gibson, director en funciones del departamento de meteorología y peligros geológicos de Vanuatu.
Si los vientos son tan fuertes como estima su departamento, señaló, causarán graves daños a los edificios.
Alice Clements, portavoz de la agencia humanitaria UNICEF y que estaba en Port Vila, dijo que la capital parecía una ciudad fantasma conforme la gente se guarnecía de la tormenta. La lluvia arreciaba y llegaba a ponerse horizontal empujada por el viento, señaló.
"El clima ha ido empeorando de forma progresiva en los últimos dos días y medio", dijo. "En el hotel donde me alojo han puesto las sillas del patio en la piscina para que dejen de salir volando. Es bastante surrealista".
Muchas personas en Vanuatu viven en endebles construcciones, señaló, especialmente en las islas exteriores más remotas. Esas personas se encuentran en una situación extremadamente vulnerable.
La portavoz dijo esperar que se generen grandes necesidades médicas y de limpieza tras el paso de la tormenta. Entre las prioridades estarían garantizar la seguridad de los suministros de agua y que los niños pueden volver a las escuelas, indicó.
Vanuatu, situada en torno a un cuarto del camino entre Asustralia y Hawai, tiene una población de 267.000 personas repartida en 65 islas.
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