Triunfo y título millonario

La cancha del Estadio Azteca fue testigo de una edición más del clásico argentino entre River Plate y Boca Juniors. Aunque existieron bajas sensibles, jugadores estelares que no acudieron a México para cerrar la actividad del primer semestre del 2014.

Las principales estrellas de los clubes, como Román Riquelme, por los bosteros, y Teófilo Gutiérrez y Fernando Cavenaghi, ambos de los Millonarios, los ausentes del juego. 

  Los primeros instantes del cotejo transcurrieron con serenidad y modestas acrobacias de los protagonistas del terreno de juego. Nada para nadie, y menos para la afición que se dio cita, pues ambas escuadras, en las que los jugadores juveniles fueron titulares, se guardaron los recursos para más adentrado el encuentro.  

Fue hasta el minuto 33, cuando Claudio Riaño, volante de Boca, se pegó a la banda derecha, desbordó a la defensa rival, ingresó al área y apenas logró sacar un disparo débil que terminó en las manos del arquero, Marcelo Barovero. El fogonazo fue un aviso de lo sucedería enseguida.  

Al 35', Daniel Villalva, contestó a la ofensiva del enemigo. El atacante de 21 años completó una jugada que inició desde la zaga millonaria inaugurando el marcador. El ariete se quitó de encima a todo aquel que lo asechó con la marca, se colocó frente al cancerbero de Boca, Emanuel Tripodi, y lo fusiló cruzando el disparo. River ganaba así por la mínima.  

Los instantes finales del primer tiempo transcurrieron como en el inicio, pese a que el gol llegó al Coloso de Santa Úrsula el ánimo se apagó. Además, se cerró la primera parte con la inconformidad de la afición rojiblanca, que protestaba un penal legítimo no marcado a su equipo. River terminó con el 1-0 en el marcador a la mitad del duelo.  

Para la segunda parte, durante los primeros minutos,  River y Boca personificaban en la cancha lo que el clima les hacia sentir a los presentes en las tribunas. Con un juego parco y frío, que no emitía emociones, los escuadrones argentinos disputaron los iniciales instantes del complemento.   Al 59', contrario al guión al que se habían apegado, los bosteros tomaron la iniciativa del ataque, y de nueva cuenta, Claudio Riaño encabezó el contragolpe del conjunto de Carlos Bianchi y remató un balón que culminó en el poste de Barovero, quien poco pudo haber hecho en caso de que el esférico hubiese ingresado a la portería.  

La insistencia de  Boca tuvo su recompensa. Diez minutos después de la llegada de Riaño, el mismo atacante, el oriundo de Córdoba, de 25 años, igualó el electrónico, ante el silencio sepulcral de los barristas de River, ubicados en la cabecera norte del Azteca y provocando la algarabía de los suyos.  

Con el gol de la igualada, el partido se volvió maduro y mejoró en espectáculo. Los dos conjuntos mostraron calidad en el rectángulo verde y se entregaron para aumentar su ventaja. Un par de llagadas por bando y listo para completar el trámite del cotejo. El compromiso amistoso culminó con los decibeles bajos, pero con la igualada en el marcador. Aún así, el ganador se decidió desde el manchón penal.  

Desde los once pasos, Los Millonarios se hicieron de la victoria. River derrotó por 4-2 a los xeneizes; Osmar Ferreyra, Leones Vangioni, Manuel Lanzini y Cristian Ledesma se convirtieron en los héroes su afición y levantaron el título conmemorativo del partido, la Copa BBVA, al convertir en aciertos todos sus tiros ante Emanuel Tripodi. El triunfo redondee el título de liga conseguido hace unas semanas para el cuadro de La Franja. 

Giovanni, hijo de Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, inició de titular el cotejo ante Boca y más de una ocasión fue ovacionado por la barra del equipo.  

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