Roma (AFP) | 15 de octubre de 2013
Tres días después de su muerte en Roma a los 100 años, el criminal nazi alemán Erich Priebke sigue suscitando controversia debido al rechazo del Vaticano, de Argentina, de Alemania y de la alcaldía de Roma a celebrar su funeral.
El entierro del excapitán de las SS, condenado en en 1998 a cadena perpetua por su participación en la masacre de las Fosas Ardeatinas en Roma de 335 civiles italianos en marzo de 1944, la mayor matanza cometida por los alemanes en Italia, no pudo ser resuelto.
El apoderado y amigo de Priebke, Paolo Giachini, que ha intentado por todos los medios organizar una ceremonia pública, recibiendo como respuesta un firme no, anunció a la prensa que será despedido en forma privada y discreta en la residencia romana donde cumplía la detención domiciliaria.
El abogado, que esperaba por último incinerar el cuerpo de Priebke en el cementerio militar alemán de Pomezia, cerca de Roma, no podrá cumplirlo porque el exoficial nazi no murió en combate, según explicaron fuentes de la entidad.
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