Tal como estaba pautado, Argentina recibió el respaldo de nuevos actores por la causa contra los fondos buitres en Estados Unidos, con la presentación de recursos Amicus Curiae ante la Corte Suprema de ese país por parte de la Caja de Valores argentina, y el 93% de los bonistas que ingresaron a los canjes del 2005 y 2010, entre los que se encuentran Exchange Bondholder Group Fintech y los denominados Euro Bondholders.
Por su parte, el gobierno de Francia expresó su preocupación ante la justicia norteamericana de que el fallo en favor de los fondos buitre desestabilice las reestructuraciones de deuda como las que coordina el Club de París. En el escrito presentado, el gobierno francés pidió que la Corte Suprema de Estados Unidos revise el fallo de la Cámara de Apelaciones y sostuvo que los últimos perjudicados por esta decisión serán los países de bajos ingresos, porque menos naciones ricas aceptarán perdonarles parte de su deuda soberana.
La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner anunció la puesta en marcha del pagaré bursátil, al que se refirió como “un nuevo instrumento que acompaña al cheque diferido pero que lo hace con mayor amplitud en el plazo de financiamiento”, ya que los cheques alcanzan únicamente 365 días de plazo.
En otro plano, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, le pidió de nuevo a Argentina que elabore estadísticas de inflación y PBI “confiables y comparables” y conforme a las normas que siguen los socios de la institución. Reiteró que se deben facilitar cifras “confiables y comparables”, ya que todos los socios “deben estar en la misma página, como marcan las reglas del juego”.
Argentina tendrá una nueva oportunidad a finales de septiembre de demostrar la calidad de sus datos estadísticas.
Un sector de la oposición del Congreso comenzó a publicar su propio indicador de PBI, que será un promedio de los datos que relevan consultoras privadas. “En el primer trimestre de 2013, el índice muestra que el PBI es de 0,5% y el del Indec 3%”, expuso Federico Pinedo. The Economist afirmó que la nacionalización de YPF no ayudó a la industria energética, y que la gran esperanza es Vaca Muerta. Se explica que en el primer trimestre, la industria energética arrojó una caída del resultado de petróleo de 0,7% y el gas natural un 3,7%.