Sorpresas en Brasil y Argentina
Lo de Brasil puede ser tomado como algo que puede conjurarse siempre y cuando uno tenga en cuenta que el enojo de los pobres siempre está latente.
Por: Eduardo Anguita
Muchos decían, cuando los caceroleros indignados de la Argentina salían a la calle, que en los países serios eso no pasaba. Como ya no podían citar a los europeos, una cita obligada era Brasil. Pues bien, a los propios analistas de ese país se les escapó la tortuga. Muchos jóvenes de sectores medios urbanos son el corazón de las protestas y parecía que una vez conseguida la anulación del aumento del pasaje de transporte, la lucha se tomaría un respiro. La propia presidenta Dilma Rousseff fue clave en darle crédito a la protesta y, a la vez, en que los intendentes y gobernadores dieran marcha atrás con los aumentos. Pues bien, el Movimiento Pase Libre, un espacio que hasta ahora no tuvo representación parlamentaria ni peso significativo en el imaginario público, llamó hoy a sumarse a las manifestaciones callejeras convocadas por Periferia Activa y Movimiento de los Trabajadores Sin Techo. En San Pablo, según la ex alcaldesa Marta Supplicy, el tiempo de traslado prácticamente se duplicó de una década a esta parte. Y muchos de los edificios construidos en el centro financiero de esa ciudad llevan inexorablemente helipuerto, porque los ejecutivos tienen que llegar pronto.
Es cierto, y fundamental, que Lula y Dilma sacaron a una cuarta parte de la población de la pobreza, pero quedan otros tantos. Y lo que muestra este giro es que Pase Libre da un giro a la izquierda: asume otras demandas. Hasta ahora las manifestaciones se habían concentrado en la Avenida Paulista, la arteria más emblemática del centro financiero y comercial, ahora se mudan a la periferia y piden por la vivienda, el costo de vida, la salud y la educación de los poblados pobres. Lo que se habilitó en Brasil es todavía difícil de entender para la mayoría de los analistas. Es muy temprano para saber cómo va a continuar esta protesta. De lo que no cabe dudas, más allá de que Pase Libre adquiera fuerza orgánica o no, es que las luchas no son sólo contra la pobreza sino contra la desigualdad. Las obras faraónicas que demandan un mundial de fútbol –aún en el país futbolero por antonomasia– resultan la frutilla del postre de un país donde una pequeña minoría detenta un poder económico y político inocultable.
No puede soslayarse la rapidez de reflejos del Partido de los Trabajadores (PT): basta recorrer los artículos de su página web www.pt.org.br para ver cómo está atravesada por el impacto que le causa al partido de gobierno el hecho de que la calle haya sido ganada por reivindicaciones que históricamente fueron llevadas a cabo por petistas. El presidente del PT, Rui Falcao, dice que estas protestas llevan a discutir una reforma política. Romario, que pasó de goleador a diputado del Partido Socialista Brasileño –aliado del PT– fue más cáustico: "La FIFA es el verdadero presidente de Brasil", dijo. Y dio un dato que es un directo a la mandíbula del gobierno: Brasil invirtió 28 mil millones de reales y la FIFA se quedará con 4000 millones libres de impuestos sin haber hecho nada. No es poco importante hablar de los logros de la década tanto en Brasil como en la Argentina. Sin embargo, diez años son muchos como para dejar de lado las inequidades.
LOMAS DE ZAMORA Y TIGRE. Más allá de las calificaciones que merezca para muchos kirchneristas, es bueno que Sergio Massa haya tomado la decisión de encabezar su propia lista y aclarar que asumirá la diputación. También es bueno que Martín Insaurralde evite descalificar a Massa, a quien lo une la amistad, y que insista en que prefiere hablar de sus propios desafíos. La periferia bonaerense, de la cual Lomas y Tigre son parte, tiene bolsones de pobreza notables. Lomas tiene todavía sectores marginados que viven la contaminación del Riachuelo. Tigre ídem con el Reconquista. Lomas sufre la línea Roca, Tigre está mejor con el Mitre. Pero en ambos partidos se palpitan las inequidades. En Tigre con los exclusivos barrios cerrados. En Lomas también hay countries además de los tradicionales barrios iniciados por los ingleses como algunos sectores de Banfield y de Temperley. En todo caso, lo interesante de Massa y de Insaurralde es que ambos realizaron obras importantes que ayudan a mejorar las condiciones de vida.
En Lomas se está terminando con las obras para unir Camino de Cintura con puente La Noria, que se trabajó con los habitantes asentados por décadas al costado del Riachuelo para mejorar sus condiciones de vida y entregar varias viviendas y que Insaurralde encaró con muñeca el traslado de los feriantes de La Saladita. Todo esto, hay que decirlo, fue porque el tema de la Cuenca del Matanza Riachuelo terminó siendo una cuestión de Estado, con participación de Nación, provincia y de los municipios, más la participación directa de la Corte Suprema.
En el caso de Tigre, amén de ser un boom turístico y deportivo, la localización de barrios de élite creó un altísimo nivel de disparidad social. Las Tunas al lado de Nordelta quizá sea el ejemplo de riqueza y pobreza solo separadas por un arroyo que supo ser un foco tremendo de contaminación. Hay que decir, a favor de Massa, que diseñó un Plan de Manejo de Islas del Delta que impide, directamente, la creación de barrios cerrados. Para un lugar donde la especulación inmobiliaria amenazaba arrasar con todo es una señal. También es cierto que las islas de la Primera Sección tienen una densidad de población baja y que no representan la pobreza extrema del distrito.
Pero no es el lugar ni el momento para hacer un inventario de lo que se hizo y lo que no en materia de mejoras en la condición social del Conurbano Bonaerense, algo menor a la periferia paulista pero con los mismos problemas. Parece momento, al menos para este cronista, de tratar de levantar la puntería de la agenda de campaña. Hasta ahora, los primeros días, parecen centrados en noticias y comentarios que se limiten a ver cuánto de 2015 tiene el 2013. Es decir, cuánto de apetencias presidenciales o de lealtades y deslealtades. Más importante sería ver si se pueden tomar compromisos serios sobre las demandas y carencias.
Vamos a algunos ejemplos. La Fundación Metropolitana que preside Pedro del Piero (y que trabajó por ejemplo en el plan de islas del Tigre) decidió realizar su foro anual entre las PASO y las legislativas. Poniendo cuatro ejes: transporte, residuos, seguridad y manejo de suelos. No estaría mal que ese foro y muchos de los otros que puedan hacerse vía universidades, medios de comunicación y entidades de todo tipo, intente poner la agenda para que sean los candidatos los que deban dar cuenta de sus propuestas.
Los periodistas solemos preguntar generalidades y repreguntar con ingenio (no todos) mientras que los medios en sí son emprendimientos empresariales con intereses y compromisos. No alcanza para nada con la discusión mediática. A quien escribe estas líneas puede parecerle poco adecuado que Daniel Arroyo, un especialista en temas de pobreza, se sume a las filas de Francisco De Narváez, pero eso no puede quitarle el lugar de referencia que tiene Arroyo. Es más, sin pecar de ingenuo, hasta puede pensarse que De Narváez se entere de parte de una agenda que no tenía en cuenta, al menos durante la campaña. Quizá también lamente que Javier Auyero esté en Texas y no en alguna universidad del Conurbano, pero sus investigaciones ayudan a entender parte de la lógica de la política que se basa en los pobres pero que no les da el carácter de sujeto político.
Desde ya que lo más importante no es contar con buenos documentos llenos de cifras sino que lo decisivo es lograr la participación directa de los sectores vulnerados para que puedan expresarse de modo directo. La pelea de partidos, el famoso poroteo, es inevitable y no es mala. Es parte del juego institucional. Ahora, cuando se mira el armado de las listas, puede verse que hay más de la política tradicional. En todo caso, cambia el porcentaje en la ecuación. El kirchnerismo y el massismo tienen intendentes, sindicalistas y algún empresario, el macrismo mete deportistas o parientes de deportistas sumados para la ocasión.
Lo que no hay son ingenieros especialistas en manejo de aguas, ni vecinos que se destaquen por la autoconstrucción de viviendas o por ser parte de los foros de seguridad o de asociaciones de pasajeros de tren. Desde ya, este cronista sabe que cualquier asesor de campaña o candidato aclararía que no es lo mismo ganar elecciones que hacer simposios. Pero este cronista puede decir que lo de Brasil puede ser tomado como algo que puede conjurarse siempre y cuando uno tenga en cuenta que el enojo de los pobres siempre está latente y que, a veces, la autoorganización aparece con fuerza. Recuerdo a Felipe Solá, cuando era gobernador de Buenos Aires, al ser consultado sobre un tema de inseguridad que vinculaba a unos guardias de seguridad privada con el robo a alguno de los felices habitantes del barrio exclusivo. Solá, sin vueltas, remarcó que esos policías privados se pasaban conviviendo con unos vecinos pasados de riqueza. Remató diciendo que el problema no era sólo la pobreza sino el contraste chocante.
Dos últimas menciones. Breves. Uno: los indignados de las cacerolas, que en sus marchas de diciembre pasado habían logrado que los políticos opositores salieran a las calles, ahora no les dieron espacios ni los consultaron. Dos: hay algo de gueto en la política. Un poco por tradición, otro tanto por los manejos reservados que nunca salen a la luz y que tienen relación con los punteros, los contratistas, los proveedores y lo que es mucho más preocupante, por algunas cajas de dinero negro que circula por las mafias de drogas, de redes de sexo pago o de piratas del asfalto. No estaría mal que esto se ventilara con responsabilidad y sin concesiones.