Con el 97,12% de las mesas escrutadas, Daniel Scioli (Frente para la Victoria) se imponía en la elección presidencial, con 8'995.699 sufragios que equivalen al 36,86%; mientras que Mauricio Macri (Cambiemos) lograba 8'378.671 votos que representan el 34,33%, por lo que deberán volver a enfrentarse en una segunda vuelta el 22 de noviembre.
El árbitro de la segunda vuelta del 22 de noviembre será el electorado de Sergio Massa, peronista disidente que quedó tercero, con 21,27%.
Scioli y Macri "intentarán seducir a esos votantes desde este lunes", afirmó el politólogo Rosendo Fraga, de la consultora Nueva Mayoría.
Macri, de 56 años, dio un batacazo que ni en su búnker se lo creían al quedar a menos de 2 puntos del aspirante oficialista a quien todos atribuían una amplia ventaje, hasta el punto de que en entorno no se descartaba el triunfo en primera vuelta.
Ninguno de los candidatos logró sumar el 45% de los sufragios ni el 40% y una diferencia de 10 puntos sobre su rival para ganar sin necesidad de segunda vuelta.
El próximo 22 de noviembre los 32 millones de electores inscritos en el padrón tendrán que volver a las urnas, para dirmir el duelo.
Otra sorpresa en la provincia de Buenos Aires
En el búnker de Scioli, en el estadio Luna Park de Buenos Aires, la fiesta se convirtió en desolación con militantes incrédulos que no vieron aparecer a su líder tras conocerse los resultados oficiales.
Otra gran sorpresa fue la elección a gobernador de la provincia de Buenos Aires -gobernada por Scioli desde 2007-, donde se imponía la candidata de la alianza de Macri, María Eugenia Vidal, por 5 puntos sobre el kirchnerista Aníbal Fernández, con más del 90% de los votos escrutados.
Esta provincia es del tamaño de Italia, y con sus casi 16 millones de habitantes cuenta con el 37% del padrón electoral del país. (I)