Estados Unidos, como siempre, con su doble moral: mientras suspendía las preferencias arancelarias que beneficiaban a las importaciones desde Argentina y se echaba las manos a la cabeza por el afer YPF, urdía un acuerdo con el Gobierno argentino para que Chevron sustituyera, en parte, a Repsol para la producción en Va.ca Muerta.
Un día como hoy cobran pleno sentido las nacionalizaciones de empresas llevadas a cabo por Argentina: de no haber recuperado Aerolíneas Argentinas, por ejemplo, la empresa habría ya pasado a mejor vida, junto con todo el conglomerado empresarial de Gerardo Díaz Ferrán, a quien José María Aznar había entregado la compañía aérea de manera un tanto irregular (aún anda el asunto en tribunales).
Y sí creo cierto que las multinacionales (supuestamente) españolas no cumplen con las inversiones debidas en los países de América latina. Otro buen ejemplo es Telefónica; sólo hay que darse un paseo por cualquier ciudad argentina para ver qué cabinas instala allí: las que va retirando de las calles españolas.
Dicho lo cual, hay mejor manera de hacer las cosas. Chávez, por ejemplo, no expropia, sino que compra a precio de mercado.