Represión a judíos en la dictadura argentina

BUENOS AIRES, 22 (ANSA)- Al menos 937 miembros de la
comunidad judía desaparecieron durante la dictadura militar
argentina (1976-1983), que incluyó a varios rabinos en la lista
de "delincuentes subversivos" por su compromiso con los Derechos
Humanos, recuerda el ensayo "Ser judío en los años setenta".
    El rabino Daniel Goldman (uno de los "delincuentes
subversivos" según la dictadura) y el periodista Hernán Dobry,
aportan en el ensayo ejemplos de "la especial brutalidad
antisemita del terrorismo de Estado durante la dictadura
militar".
Sin embargo, reconocen que "no sabemos a cierta ciencia si
existió en el país algún tipo de persecución 'oficial' contra la
colectividad israelita" por parte de los militares argentinos.
    En el ensayo se reproducen denuncias de jóvenes detenidos y
"especialmente torturados por su origen" y con un plus de
perversidad si además eran estudiantes.
    "Así como la dictadura se ensañó en forma selectiva con
ciertas ocupaciones, también lo hizo con algunos grupos etarios,
especialmente con los jóvenes. Eso se advierte en la cantidad de
víctimas que eran estudiantes, lo que también puede verificarse
entre los judíos", aseguran los autores.
    El libro aborda, ineludiblemente, la polémica actuación de la
DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas de Argentina) de
Buenos Aires durante la última dictadura militar en relación a
los desaparecidos.
    "Los familiares, las víctimas que sobrevivieron y los
investigadores del tema, tienen una mirada crítica sobre la
dirigencia de aquellos tiempos y apuntan a dos situaciones
diferentes relacionadas con la DAIA: la inacción y el maltrato",
asegura el ensayo, editado por Siglo Veintiuno.
    Los familiares de las víctimas le recriminan aún a la DAIA
"la humillación y el dolor de no haber sido cobijados y
contenidos en un momento de tamaña desesperación" y que sus
directivos "raramente levantaron la voz en público" para
denunciar las desapariciones.
    "El ya intenso malestar se profundizó cuando los miembros de
la comunidad se enteraron de que Marcos, el hijo del presidente
de la entidad, Nehemías Reznizky, había desaparecido el 27 de
julio de 1977 y supieron de buena fuente que su padre había
utilizado todos sus contactos para rescatarlo con vida y
enviarlo a Israel", afirman Goldman y Dobry.
    A partir de entonces, para la comunidad hubo "desaparecidos
de primera y de segunda", apuntando especialmente contra
Reznizky que "quedó condicionado por el favor que le habían
hecho los militares" hasta que completó su mandato en 1980,
recuerda el ensayo.
   En respuesta a la inacción de la DAIA, en diciembre de 1978
nació el Movimiento Judío por los Derechos Humanos, impulsado
por los rabinos Marshall Meyer y Roberto Graetz (dos de los
"delincuentes subversivos" para la dictadura) y el periodista
Hernán Schiller, rememoran los autores.
Graetz debió partir de urgencia desde Buenos Aires bajo el
paraguas protector de la Embajada de Estados Unidos, debido a
las amenazas de muerte que recibió por haber colaborado con la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA,
que septiembre de 1979 visitó el país.
   
(ANSA).

AEF-AGR/ACZ
22/06/2014 21:10

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