Fue raro, lo primero que se me vino a la cabeza, capaz porque es algo difícil de superar, fue cuando en el 2006 me bajaron del grupo Renault (NdeR: formó parte del Renault Driver Development, el programa de jóvenes talentos de la casa francesa)”. José María López ya está en la Argentina, en su tierra, donde llegó para descansar un par de días después de la obtención del bicampeonato del mundo en el WTCC, y sincero como pocas veces. “Me acuerdo de una situación mía sentado en un departamentito donde vivía en Oxford, sobre una alfombra, prácticamente perdido, sin rumbo. Es que es cierto que los deportistas tenemos muchos privilegios, pero también dejamos muchas cosas de lado como los amigos, la familia y proyectos personales. Lo cierto es que yo tenía 23 años y no sabía nada de la vida. Habían sido 14 temporadas corriendo afuera, no tenía prácticamente amigos, no sabía de negocios ni de nada, sólo sabía manejar. De repente, con 23 años tuve que volver a la casa de mis viejos y hasta pedir plata para cargar nafta. No saber qué hacer fue duro. Fue lo primero que se me vino a la cabeza cuando gané el domingo pasado y ahí uno se da cuenta que la vida, de una manera u otra, da revancha”, le reconoce con un dejo de emoción a El Gráfico Diario Pechito López, el hombre que volvió a poner la bandera celeste y blanca en el primer escalón del podio del plano mundial. Salvando las distancias, desde el gran Juan Manuel Fangio que un argentino no lograba un bicampeonato mundial. Y Pechito lo hizo en su segunda temporada dentro del equipo Citroën Racing.
-¿Se comparan las sensaciones con el título del año pasado?
-Para mí este es más especial, por cómo lo viví, por las sensaciones que tuve. El primero fue importante, pero este fue distinto. Tuve que trabajar mucho más que el año pasado, me costó mucho más porque tuve que empezar a lidiar con la presión de que ahora todo el mundo espera algo de mí. Ya no soy más el desconocido.
-¿Ser campeón el año pasado te generó una presión extra?
-Seguro, pero es una presión linda. Este año todo el mundo ya sabía cómo correrme, mis compañeros de equipo ya me conocían mucho más. Siempre el que tiene que defender el título tiene una presión adicional. Es más difícil mantenerse y este año fue así.
-¿Te costó más desde lo mental o desde lo deportivo?
-De ambos lados. Sabía que el trecho que tenía para mejorar era menor al de mis rivales porque el año pasado mío fue muy bueno. Pero igual encontré cositas para mejorar como por ejemplo las largadas, o las clasificaciones.
-Cuando lograste aquella victoria con el BMW en Termas como invitado del WTCC, ¿imaginabas todo esto?
- Para nada. Me acuerdo que yo no tenía ganas de correr ese fin de semana. Corría todos los domingos y ese era libre, quería descansar, pero mi papá me insistió y mirá cómo terminó todo. Se dio algo impensado. Se dio todo así, es cierto que nunca dejamos de buscar volver a correr en el exterior. Si bien no fue la Fórmula 1, se dio algo muy lindo. Siempre me gustó correr afuera, es algo que siento dentro mío, representar con triunfos a la Argentina en el exterior es algo único, me encanta y siempre estuve dispuesto a dejar todo para que se dé. Uno es partícipe del camino que tomó.
-Aunque la ayudaste, se puede decir que tuviste suerte ya que podrías no haber corrido y hoy seguirías compitiendo en el país…
-Yo tuve suerte porque tuve una familia que me bancó, y gente que creyó en mí como Víctor Rosso o Marcelo Ambroggio. Se dieron muchos factores a mi favor para que yo pueda seguir corriendo. Y no a todo el mundo le pasa eso. Hay muchos deportistas que mueren ahí, en ese intento. Yo ayudé a la suerte, pero tuve mucha gente que me ayudó para que se siga dando todo esto que me pasó
-¿Y cómo vienen los planes para el 2016?
-Mi idea es seguir corriendo en el WTCC junto a Citroën, aunque con ganas de hacer otras cosas que me permitan tener más actividad arriba de un auto. Todavía no está definido, pero lo cierto es que tanto desde el equipo como de mi parte tenemos ganas de seguir juntos. Hoy me siento muy bien donde estoy y quiero seguir así. Pero también hace rato que tengo ganas de hacer experiencia corriendo en Le Mans, eso forma parte de las negociaciones que estamos teniendo con la gente de la marca, pero no es fácil. Tampoco tengo alguna propuesta concreta para correr Le Mans porque es muy difícil dar ese primer paso.
"No extraño el automovilismo argentino"
-Hace un tiempo dijiste que sentías que algunos menospreciaban tu trabajo en el WTCC porque ganabas todo. ¿Te sigue pasando?
-Puede que haya alguno que diga algo, pero bueno. Algunos dicen que la categoría me queda chica por mi dominio con Citroën, pero es algo que pasa mucho. ¿Acaso a Hamilton le queda chica la Fórmula 1? ¿Loeb es mal piloto porque ganó nueve títulos? Cuando escucho que alguno dice que no le ganaba a nadie no sabes cómo puteo. Yo sé lo que estoy logrando, sé lo que me cuesta estar acá y ganar, y lo disfruto.
-¿Sentís que sos un piloto prácticamente criado en el automovilismo europeo?
-Sí, la realidad es que yo corrí más años en Europa que en Argentina. Por eso me costó tan poco adaptarme a correr en el exterior.
-¿Y más allá de eso, no extrañas?
-Cada vez extraño más a mi familia, a mis sobrinas, a quienes no veo crecer. Pero lo cierto es que mi vaso está más lleno allá que acá. No extraño al automovilismo argentino, ni la competencia ni el día a día. Sí a algunas personas con las que trabajé, gente con la que pasé muchos años, eso sí.
-¿Y sos de seguirlo?
-Muchísimo. Estoy al tanto de todo. Hasta sigo las peleas que llevan dentro del STC2000 Canapino y Girolami en Peugeot. Todo.