Por Daniel MEROLLA. BUENOS AIRES (AFP)
Las pizarras cambiarias muestran una brecha de 70% entre la cotización de la moneda argentina en el mercado oficial y el informal, reflejo de la recesión, la escasez de billetes verdes y la batalla del gobierno contra los fondos especulativos que le ganaron un juicio en Nueva York.
"Hay que invertir en cosas que se tocan y se ven, el resto es cuento chino", dijo la presidenta Cristina Kirchner en un intento por desalentar la compra de dólares como ahorro.
Pero el ahogo por falta de divisas en un país que se automarginó de los mercados de capitales, se mezcla en forma explosiva con los reclamos a voz en cuello por un ajuste en el tipo de cambio.
"El gobierno tiene que reconocer que con este nivel de inflación (más de 30% anual) hay que ajustar de nuevo el tipo de cambio", dijo Guillermo Rimoldi, presidente del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), que nuclea a los gerentes de las empresas más grandes del país.
No venden ni caramelos
El dólar se cotiza a 8,42 pesos en el mercado oficial y a 14,26 pesos en el marginal, en una espiral que no da tregua.
"No se puede exportar ni un caramelo. Hoy Argentina no es competitiva", dijo Héctor Méndez, líder de la patronal más grande del país, la Unión Industrial Argentina (UIA).
La caída en la rentabilidad empresarial fue la mecha que encendió la devaluación de 18% en enero, madre de la recesión y del salto inflacionario registrado este año.
Las empresas "tuvieron una bocanada de aire en enero, pero el gobierno no acompañó la devaluación con (una baja en) la inflación", añadió Rimoldi.
La gente consumió menos (-1,3%) en el primer semestre, al perder los salarios la carrera contra la inflación, según las consultoras. La economía cayó 0,2% en el primer trimestre y no repunta.
"El manejo del Banco Central se volverá difícil. Si sube la tasa de interés, agravará la recesión. Si no lo hace, agrega más leña al fuego cambiario y la inflación", dijo en un informe a la AFP Belén Olaiz, de la consultora Abeceb.com
Reservas flojas
Las reservas del Banco Central se ubican en 28.000 millones de dólares, un 45% menos que en 2011.
En el sector agrícola fruncen el ceño al caer más de 15% el precio de la soja, millonaria fuente tradicional de divisas.
El ritmo de liquidación de divisas por las cerealeras en el Banco Central bajó de 150 a 60 millones de dólares por día, entre julio y setiembre, según la cámara exportadora.
Los sojeros retienen las cosechas, a la espera de un mejor precio, según analistas.
Otro caso líder es la industria automotriz, que sufre este año una caída de 25% por floja demanda y problemas para conseguir dólares e importar autopartes, que constituyen el 70% de cada vehículo.
"El gran problema es la entrada de divisas y la industria depende de la importación", dijo a la AFP el economista Nicolás Dujovne.
La pesadilla neoyorquina
La avidez por divisas e incluso de bonos dolarizados coincide además con la perplejidad por el bloqueo judicial punitivo de pagos de la deuda en Nueva York, que provocó en julio un "default selectivo", según calificadoras de riesgo.
"Se puede consolidar el salto que acaba de registrar la brecha cambiaria, por lo menos hasta que en el primer trimestre de 2015 se acuerde con los fondos buitres", señaló a la AFP el economista Pablo Tigani, de la consultora Hacer, sobre los fondos especulativos que reclaman 1.330 millones de dólares.
Argentina trasladará la ventanilla de pagos de la deuda a Buenos Aires, París o a donde prefieran los acreedores, pero por contrato debe esperar hasta enero para negociar con los fondos que le ganaron un juicio en Estados Unidos.
Repercusión limitada se espera en Uruguay
En la vecina Uruguay, los analistas prevén consecuencias limitadas de una eventual devaluación, puesto que el comercio se redujo netamente en los últimos años y el turismo se maneja con el dólar "blue".
Sin embargo, en el mercado cambiario uruguayo "genera una mayor volatilidad de la moneda, nerviosismo en algunos más que en otros y la cotización del dólar tiende al alza", dijo Pablo Moya, director de la consultora Oikos a la AFP.
Para la economista Gabriela Mordecki, de la universidad de la República, "la preocupación es cómo se va a realizar el ajuste, porque sólo una devaluación no alcanza".