"El piloto del olvido" y "El alma de la ciudad", las dos primeras historias de "Perramus", cómic de culto sobre la dictadura argentina realizada por Juan Sasturain y Alberto Breccia, fue reeditada, luego de 24 años, en un volumen de lujo de 180 páginas.
La primera parte de "Perramus", escrita en las postrimerías de la dictadura, fue un serial. Sus dos primeros capítulos se estrenaron en 1984 en la revista italiana Orient Express, pronto vio la luz en otros idiomas a través de Circus en Francia y Comix Internacional en España, hasta recalar en 1985 en la emblemática revista Fierro de Argentina.
"Perramus" es una creación con alegorías políticas y culturales que, de la mano de un polisémico protagonista, se abre frente a un laberinto de situaciones, personajes y geografías. La primera parte se configura en clave trágica; la segunda, en cambio, es una suerte de oda al estilo "Adán Buenosayres", en la búsqueda del alma de la ciudad.
La reedición de este libro en manos de De la Flor, tiene también su parte laberíntica: si bien "Perramus" fue coeditada con Ediciones Culturales Argentinas en 1989, las viñetas de este flamante ejemplar fueron retocadas y reconstruidas una por una a partir de las publicaciones europeas de 1985.
La razón de este arduo trabajo de rescate fue que los dibujos originales de Breccia, que estaban en un depósito judicial por un conflicto familiar, fueron robados.
De acuerdo a los responsables de Ediciones De La Flor, incluso "se venden por internet". Más allá de estas instancias, esta obra cumbre llega una vez más a los lectores, los nuevos y aquellos que quieran volver a tenerla.
"Perramus" inauguró un género, durante la transición democrática esta historieta supo narrar alegóricamente el horror de la dictadura y se destaca, gracias a la estética de Breccia, por una ruptura en la linealidad de la puesta en página y una apropiación de experiencias gráficas que vienen de las artes plásticas, algo que consolidó el propio Breccia, autor, entre otras, de "Vito Nervio", "Sherlock Time" y "Mort Cinder".
En "El piloto del olvido", el protagonista sacrifica a sus compañeros de resistencia para salvarse de los mariscales, esos seres cadavéricos que traen la muerte. Ya en la taberna "El Aleph", el personaje -ante tres propuestas- escoge el olvido frente al tormento de la cobardía y toma el nombre de la marca de un gabán, Perramus.
En una oportunidad, Sasturain sostuvo que Perramus "no es un traidor, ni mucho menos. Él es lo que somos en mayor o menor medida todos: somos cobardes, y en determinado momento no está a la altura de lo que se espera de sí mismo. Si se hubiese quedado se moriría igual, pero no se queda para morir con ellos, y tiene la posibilidad, con su suerte, de tener una nueva oportunidad, que es en el fondo lo que todos pedimos".
A partir de esto, el género aventura, el peso del personaje y la continuidad de la intriga se amalgaman con la búsqueda de corte borgiano del propio pasado, el deseo de borrarse de la memoria ajena y la incertidumbre de la valentía. Una historia a pedido de Breccia a un joven Sasturain, que por primera vez escribía un guión de historietas.
La contundencia del homenaje aparece allí con un viejo Jorge Luis Borges, vidente y comprometido con la resistencia, como personaje clave; la ciudad de Santa María como guiño a Onetti y los versos de Antonio Machado como indicios para encontrar la redención.
"En esta producción convergen tumultuosamente el fin de la dictadura, las culpabilidades del pretérito inmediato, el tributo obvio a Oesterheld y el homenaje manifiesto a Borges, la obsesión por recuperar las raíces creativas", escribió el especialista y crítico español Javier Coma en el prólogo de 1986.
La elección del olvido y de una nueva identidad o el rescate del alma de una ciudad que va desapareciendo atraviesan alusiones históricas y culturales como un Henry Kissinger que decide ser democrático, una partida de truco como parábola del destino argentino o un barco bautizado como "N.N", en el que Perramus y su compañero uruguayo, Canelones, son reclutados para arrojar cadáveres al mar.
También referencia un pasado histórico, como las invasiones inglesas de 1806, Juan Manuel de Rosas y la batalla de la Vuelta de Obligado y deja indicios de un presente político, con un retrato de Alfonsín, ya presidente en 1984, y un graffiti sobre Perón en el epílogo del segundo tomo.
Sin embargo, como escribió en 1986 Osvaldo Soriano, "Perramus" no puede ser considerado sólo como una alegoría sobre los males de la represión y los mecanismos del olvido, sino que Sasturain desde el guión y Breccia desde las imágenes trazan "un universo de los perseguidos y los marginales, los sórdidos recodos de un mundo que cambia para no cambiar nada de lo esencial".
Entre los muchos estudios que analizan esta obra, se destaca el de Federico Reggiani, crítico y autor del ensayo "Historietas en transición: Representaciones del terrorismo de Estado durante la apertura democrática", quien sostuvo que en esta obra "la responsabilidad social ante el horror es la cobardía, y es por eso que en la reconstrucción es central luchar contra el olvido".
"Es un relato de culpa y redención, que propone la dialéctica borgeana del traidor y del héroe como una suerte de matriz de la historia argentina", dijo Reggiani.
"En relación con el futuro, concentra la necesidad de verdad contra el olvido, y la lucha por la justicia que, más allá del desarrollo posterior de la historia argentina, recibirían una respuesta en el informe `Nunca Más` y en el juicio a las Juntas", opinó.
Instalada en la escena mundial de los 80, "Perramus" es una obra que merece ser revisitada y conocida, no sólo por el tratamiento gráfico de uno de los dibujantes más reconocidos e influyentes del mundo, sino como una crítica, una aventura y un discurso político que gira sobre los anagramas "sentido y destino", una idea que el Borges de la historia le regala a Perramus.
Casi como un vaticinio sobre esta historieta, casi como parte del rumbo natural de esta obra que seguirá sorprendiendo a los nuevos lectores, Breccia y Sasturain sostuvieron en el prólogo original que "el destino de Perramus -el sentido- estará más allá, mañana en las aventuras que vendrán".