Científicos argentinos y cubanos desarrollaron la primera vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón, que activa el sistema inmunológico para que ataque las células tumorales y que permite prolongar la supervivencia de los enfermos en estadios avanzados.
La vacuna está indicada para los casos de cáncer de pulmón de células no pequeñas, el más frecuente. En los ensayos clínicos se comprobó que el medicamento, cuyo nombre científico es racotumomab, triplicó el porcentaje de pacientes que viven dos años después de la aplicación de la vacuna del 8 al 24 por ciento.
El desarrollo del racotumomab llevó 18 años y fue realizado por un consorcio público-privado binacional en el que participaron más de 90 científicos. Argentina es el primer país en el que estará disponible, a partir de julio próximo, tras recibir la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
En tanto, Brasil, México, Uruguay y Turquía están próximos a iniciar su proceso de aprobación y lanzamiento.
El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en todo el mundo, con cerca de 1.38 millones de muertes anuales, lo que representa el 18,2 por ciento del total de las muertes oncológicas, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se estima que cada año se producen 1,61 millones de casos nuevos de cáncer de pulmón en el mundo, y un 70 por ciento de ellos son del tipo de células no pequeñas.
"El cáncer de pulmón es una enfermedad que tiene mucha letalidad. En su mayoría aparece como enfermedad avanzada y no tiene tratamiento curativo. Las armas tradicionales, que son la quimioterapia y la radioterapia, siguen siendo útiles, pero llega un momento en que dejan de serlo, o el paciente pasa un tiempo con la enfermedad controlada y vuelve a aparecer. En esta instancia tiene mucho valor la vacuna terapéutica", explicó a la agencia dpa el médico Luis Enrique Fein, director de investigación del Instituto de Oncología de Rosario.
Fein, investigador del ensayo clínico del nuevo fármaco, subrayó que "no es una vacuna preventiva sino una vacuna terapéutica para enfermedad avanzada después de haber hecho los tratamientos habituales". "Es inmunoterapia activa. Y a los que se les da la vacuna viven más tiempo que a los que no se les da la vacuna, ese es el valor principal: prolonga la sobrevida", remarcó.
El objetivo de este medicamento se enmarca en el concepto de "cronificar la enfermedad, que no crezca o que crezca lo más lento posible cuando aún no se halló su cura", señaló el doctor Roberto Gómez, director médico del laboratorio argentino Elea.
Esta empresa impulsó el consorcio público y privado integrado por el Centro de Inmunología Molecular de La Habana, Cuba, y prestigiosas entidades científico-médicas de la Argentina, entre ellas el Instituto de Oncología Ángel Roffo, el laboratorio de oncología molecular de la Universidad de Quilmes, y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Fein indicó que el racotumomab "es una nueva forma de encarar el cáncer, que es a través de la inmunoterapia, que en general genera menor toxicidad" que la quimioterapia o radioterapia.
"Y cuando logra una respuesta inmune, que es cuando el organismo se defiende de ese tumor porque uno lo ayuda a través de la vacuna, la respuesta es mucho más prolongada que lo que uno logra a través de los tratamientos más habituales. La curva de supervivencia refleja un grupo importante de pacientes que hacen un tiempo prolongado de supervivencia, mayor que los que no han recibido la droga", destacó.
El medicamento cuenta con un innovador mecanismo de acción que induce una respuesta inmune específica contra antígenos glicolilados, como el NGcGM3, presentes únicamente en células tumorales y no en tejidos sanos, precisó a dpa Daniel Alonso, director científico del Consorcio de Investigación y Desarrollo Innovador.
"Tanto la identificación del blanco terapéutico como su mecanismo de acción constituyen un verdadero hallazgo científico", afirmó. Al llegar al tumor detiene la formación de nuevos vasos sanguíneos que lo alimentan y produce un mecanismo de muerte celular descrito como "necrosis oncótica".
Los investigadores hallaron que estos antígenos glicolilados también están expresados en otro tipo de tumores, lo que abriría en un futuro el campo de acción de este tratamiento.
"Ya sabemos que el cáncer mamario expresa (estos antígenos), algunas variantes de melanomas también y algunas variantes de tumores pediátricos, sobre todo del sistema nervioso", indicó Alonso. "Ahora habría que desarrollar todo un proyecto de investigación clínica similar (que con el racotumomab). En algunos estamos en la primera etapa de evaluación y en otros se ha avanzado un poco más, pero diría que faltan años todavía para ampliar sus aplicaciones", aclaró el investigador.
El director del Instituto de Salud de la London Metropolitan University, Christopher Branford-White, destacó la evolución de la investigación de las vacunas antiidiotipo, que "pueden inducir una respuesta inmune más robusta" y subrayó que el desarrollo del racotumomab "tiene aplicaciones más amplias que influirán en las estrategias futuras de tratamiento y terapia, que mejorarán la salud y el bienestar”.
La nueva vacuna, que se produce en Cuba y en el futuro se fabricaría también en Argentina, se aplica de forma intradérmica. Las primeras cinco dosis de inducción se dan cada 14 días y luego se aplica un refuerzo mensual de mantenimiento.