El ser humano es “dietante”, y mucho más en verano. Con la llegada del calor, proliferan en internet avisos de preparados o suplementos “naturales” que prometen disminuir rápidamente el exceso de grasa. La última moda es el consumo de una hormona llamada Gonadotrofina Coriónica Humana (hCG), más conocida como “la hormona del embarazo”.
La dieta fue muy popular en los ’70 pero luego prohibida por las autoridades sanitarias por las dudas sobre su eficacia y sus potenciales riesgos para la salud. Pero ahora ha recobrado auge de la mano de sitios webs argentinos y también mexicanos y de EE.UU. que ofrecen sin ningún tipo de prescripción médica preparados de hCG en gotas a menos de $ 500 y recibidos en la comodidad del hogar.
La hCG es una hormona producida por el embrión poco después de la concepción y más tarde por parte de la placenta. Su función es lograr actividad en el ovario y mantener la producción de progesterona. Por estas razones, está aprobada tanto por Anmat como por la Administración Federal de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (FDA por sus siglas en inglés) para tratamientos de fertilización. Pero las autoridades sanitarias alertaron sobre su uso con otros fines: está siendo consumida como parte de un plan de alimentación para bajar de peso.
La dieta combina la ingesta de tan sólo 500 calorías diarias y la toma de gotas o pastillas de hCG que reducirían el apetito. En páginas de Facebook, foros y sitios webs los usuarios, fanáticos y curiosos cuentan sus experiencias, muestran fotos del “antes y después” y manifiestan sus dudas, pero sobre todo consultan dónde, cómo y a qué precio conseguir las gotas. De hecho, en la Argentina la dieta tiene médicos defensores que cuestionan la regulación existente por “antigua” (ver recuadro).
Eficacia. Ante el auge de esta dieta, la Sociedad de Endocrinología de EE.UU. emitió un alerta en consonancia con la FDA. “La hCG no sólo no es efectiva para el descenso de peso sino que además su uso para ese fin puede ser peligroso debido a los riesgos potenciales que incluyen la formación de coágulos, la disminución de la producción de esperma, el sangrado vaginal, la formación de quistes ováricos y el aumento de las mamas en los hombres”.
“Esta hormona no tiene ningún trabajo científico que la sustente y por ende no debe usarse para perder peso, ya que no es de buena práctica médica utilizar productos no aprobados”, advirtió Rosa Labanca, de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos de Alimentación.
Por su parte, Laura Maffei, endocrinóloga e investigadora agregó: “Los riesgos a los que hace referencia la FDA existen y son consecuencia del uso indebido y no aprobado de la hCG. Es importante aclarar que no son posibles efectos secundarios sino consecuencias nocivas y riesgosas para la salud que se relacionan además de con el uso indebido, con la cantidad de tiempo de consumo y las dosis elevadas. Por ejemplo, en hombres y utilizada junto con anabólicos, la hCG puede terminar atrofiando los testículos e inhibiendo la producción de esperma”.
El punto número 35 de la Guía Nacional de Práctica Clínica para el Tratamiento de Personas con Obesidad del Ministerio de Salud de la Nación no recomienda para el descenso de peso el uso de suplementos hormonales por falta de evidencia de eficacia en personas adultas con obesidad y por no ser de indicación específica en esta patología.
“En obesidad no existen las soluciones mágicas: para adelgazar y estar saludable hay que realizar un tratamiento acorde a las posibilidades de cada uno, consumiendo todos los grupos de alimentos, realizando todas las comidas, y sobre todo haciendo actividad física. Todas éstas, lamentablemente, son cosas que quienes padecen obesidad muchas veces no están dispuestos a hacer. Por eso, las alternativas exprés cobran fuerza ”, concluyó el doctor Alberto Cormillot.
“Es vieja la regulación”. El especialista argentino en medicina bariátrica, Daniel Belluscio, dice que desde hace 30 años trata con éxito a sus pacientes con el método hCG + dieta 500 Kcal. El director de hCG Research Institute defendió el tratamiento que convirtió en oral en 1991: “La regulación de la FDA tiene 40 años de antigüedad. Tenemos que pensar que la obesidad es un problema complejo del cual, aunque parezca raro, sabemos poco. Pese a eso todos los días aparecen nuevos tratamientos, medicamentos y cirugías.”
“En mi caso yo soy médico y los pacientes antes de comenzar su programa se someten a análisis clínicos, y por supuesto están bajo seguimiento. El complemento de hCG forma parte de una potestad respecto a las preparaciones magistrales. Por eso, no ofrecemos píldoras ni soluciones mágicas sino un enfoque actual destinado al tratamiento eficaz del sobrepeso y la obesidad”