Lionel Messi iluminó a la selección argentina, que derrotó a la de Uruguay por 3-0 con dos goles suyos y una esencial participación en el otro, con lo cual los albicelestes mantienen el liderato en solitario de las eliminatorias sudamericanas del Mundial Brasil 2014.
Messi, convertido en el líder de Argentina, sacó a relucir sus recursos en momentos clave, protagonizó los mejores pasajes del encuentro y ha quedado a cuatro goles de distancia de Diego Maradona en cuanto a la cantidad de goles marcados con la selección.
Los argentinos dominaron durante la primera parte sin lograr la precisión ofensiva necesaria para ponerse en ventaja, pero en la segunda parte apareció Messi en toda su dimensión. El 'Kun' Agüero destacó como el socio ideal del futbolista del FC Barcelona, combinó con él varias jugadas en las que Uruguay debió cometer faltas para detener el juego, mientras que Fernando Gago y Ángel Di María brillaron con su creatividad. Controlado Messi en zona durante los primeros minutos, Gago pasó a ser el generador del juego argentino, lo que permitió a su equipo situarse rápidamente en campo uruguayo y probar algunas fórmulas de ataque.
Uruguay se multiplicó para marcar, bloquear y cortar circuitos ofensivos de los albicelestes y, pese a algunos fallos de Diego Lugano, lo logró pero casi siempre en el límite o pocos metros dentro de su área. Planteado así el encuentro, Argentina, que tenía todo bajo control, pasaba una noche tranquila en su territorio, salvo cuando Cavani amagó con rebelarse en soledad. Como contrapartida, los zagueros uruguayos se las arreglaban para marcar en línea y dejar fuera de juego a los locales en sus contraataques.
Messi rompió los esquemas en los que quedaba encorsetado el encuentro al cumplirse media hora, cuando paralizó a tres defensas rivales con dos movimientos y un remate que rozó el larguero y dio en uno de los soportes posteriores de la meta de Fernando Muslera.
El sello de Leo
También con un disparo a balón parado que exigió a fondo al portero visitante, quien tuvo que hacer una pirueta para desviar la pelota por encima de su marco. El punta celeste Luis Suárez, siempre atento aunque el balón le llegue de vez en cuando, intentó aprovechar algunos desajustes argentinos, en momentos en que Uruguay generó varias llegadas a los dominios de Sergio Romero entre los 30 y 40 minutos. El partido no despertó pasiones en el primer tiempo y la expectación que había creado disminuyó mucho antes del descanso.
A los 49 minutos Javier Mascherano desparramó en el suelo a Diego Forlán con una fuerte entrada y dos minutos más tarde Diego Lugano cometió una falta descalificadora contra Romero, y fue amonestado. El choque, entonces, comenzaba a calentarse. Cuando las luces del juego se apagaban, Messi las encendía. Cada aparición suya iluminaba el partido y sus encuentros con Agüero lo mantenían vivo. Quedaba demostrado que solamente él podría darle un toque de distinción al asunto.
Y en el minuto 65, en una jugada en la que parecía no tener cabida, salió disparado hacia el área pequeña cuando Di María recibió el balón y, tras el centro de este, se arrojó con los pies hacia adelante y marcó ante la salida de Muslera.
Nueve minutos más tarde Argentina pasó por arriba a Uruguay con una fenomenal jugada de ataque que comenzó Messi, continuó Di María y culminó Agüero debajo de los palos para un 2-0 que comenzaba a sentenciar el resultado. El tercero de Argentina y segundo de la estrella del FC Barcelona fue de tiro libre, a los 79, al darle destino a la pelota abajo, junto a un palo, lejos del alcance de Muslera.
Argentina fue netamente superior a su rival durante todo el partido, pero metió todo su potencial en el arco uruguayo en el segundo tiempo, cuando a Messi se le antojó.