DALLAS, 8 de septiembre.- La Selección Nacional se quedó a unos minutos de celebrar una victoria que habría generado ruido alrededor del mundo. En dos descuidos en las postrimerías del encuentro se dejó igualar 2-2 por una Argentina inoperante y mal cohesionada que no la intimidó con el rimbombante nombre de sus jugadores.
México jugó bien y mereció un mejor resultado en un partido en el que palideció apenas por breves lapsos. Se apoyó en los contragolpes y en una defensa bien organizada para lograrlo. De haber contado con un Javier Hernández más fino, pudo obtener un resultado estruendoso.
Hernández va del cielo al infierno de manera abrupta y a la inversa. Su movilidad le da para tener opciones preciosas frente al arco rival, y, por igual, suele sufrir demasiado cuando debe finiquitarlas. Marcó uno de penal. Desperdició otras dos para ampliar el marcador.
Si bien el equipo argentino tuvo un inicio interesante con una transición del balón vertiginosa, no encontró la forma de firmar ese buen accionar. México, en cambio, más inteligente y avispado, sí pudo lograrlo. Tras las fallas del Chicharito Hernández y Guardado, que desaprovecharon dos acciones nítidas para marcar —el primero no controló bien un balón y el segundo mandó por arriba su remate—apareció Jiménez para marcar el rumbo.
El delantero del Benfica buscó a Otamendi para desgastarlo y al 17’ lo superó. El zaguero del Manchester City, impotente, lo derribó dentro del área. Chicharito Hernández aprovechó para poner el 1-0.
Argentina reaccionó de manera abrupta sin encontrar la fortuna. En la más clara, antes del descanso, Moisés Muñoz desvió un tiro de Ángel Correa, un ariete que también desperdició una acción en la que había quedado frente al arco, unos minutos antes. Hizo su labor y falló en la zona buena.
El Chicharito Hernández tuvo en sus manos la posibilidad de ampliar el marcador, aunque no anduvo fino. En otro mano a mano en la primera parte mandó el balón por arriba, y ya en la segunda no remató bien un buen centro de Jiménez.
Debió aparecer Héctor Herrera para poner el 2-0 y darle más tranquilidad al Tri. En un desborde de Miguel Layún, en el minuto 69, fue asistido para soltar un riflazo imposible para Nahuel Guzmán, que parecía ser ya un marcador insalvable para los argentinos.
Sin embargo, Moisés Muñoz echó a perder la buena noche en dos descuidos. En el minuto 84 se trabó en una salida, y Ezequiel Lavezzi tomó el balón y asistió a Sergio Agüero para el 1-2. Cuatro minutos después, le pasó entre las piernas un remate de Lionel Messi, que hasta ese momento apenas había aparecido en el juego.