Por EDUARDO TUCCI
ENFOQUE
Entre los múltiples efectos positivos que dejó la expresión futbolística de alto vuelo que representó la Selección en el partido con los paraguayos debe rescatarse que a la superioridad sobre el adversario le incorporó la contundencia en la red que no tuvo en los partidos anteriores y la consolidación de una dupla explosiva: Messi-Pastore.
El nivel de efectividad expuesto llegó en el momento más justo, en vísperas de una instancia clave como es la final de sábado frente al dueño de casa.
Si bien en las presentaciones anteriores hubo insinuaciones en la noche del martes saltó a la luz el protagonismo decisivo de Pastore que poco a poco le fue dando la razón al Tata Martino.
Frente a los paraguayos el encuentro de ambos se dio especialmente en los inicios de la primera etapa y del complemento que fue cuando Argentina definió el pleito no solo en el juego sino también en la red contraria.
Ahora se dieron todos los goles que faltaron en otros partidos y dimos un gran paso para llegar de la mejor manera al partido contra Chile, que definirá el título
La doble manija que ostentó el equipo argentino, además de empezar a ser una marca registrada en el equipo, no es común en el resto e las selecciones.
ENCUENTROS MUY PRECISOS
Los encuentros precisos entre el dúo Pastore-Messi siempre apuntaron al arco adversario con alta dosis de sorpresa, potencia y precisión, los condimentos fundamentales para herir al adversario en la zona de las definiciones.
Para eliminar definitivamente las dudas Pastore se anotó con una actuación sobresaliente que incluyeron excelentes combinaciones y uno de los seis goles para destrozar la resistencia que intentó oponer el equipo dirigido por Ramón Díaz.
El jugador del París Saint Germain, reconoció al término del partido que depositó a la Argentina en la final de la Copa , que ante Paraguay se consolidó lo que intentó generarse desde el vamos: “La confianza la teníamos desde el primer partido, pero a veces los resultados ni se dan.
En cuanto a Lionel Messi, la otra pata de esta fructífera sociedad, cada intervención suya tuvo que ver con los mejores momentos de la Argentina e incluso con los primeros goles que fueron demoliendo la resistencia albirroja. Sigue peleado con el arco (“Dios quiera pueda convertir en la final”, afirmó) pero le dio continuidad al impecable rendimiento que viene sosteniendo en el torneo continental.
Para Lío la del sábado contra Chile será la tercera final con la camiseta de la selección mayor ya que antes tuvo oportunidad de participar en instancias decisivas en la Copa América de Venezuela (2007) y en el Mundial de Brasil del año pasado.
La finalísima del sábado con la “Roja” tendrá sabor a revancha, en caso de concretarse la victoria argentina, ya que las dos anteriores fueron derrotas.
Messi-Pastore, vitales en la gran victoria contra Paraguay, ya son un sello distintivo de este equipo del Tata Martino además de una carta fundamental de cara al duelo decisivo del sábado.