El crecimiento de Javier Mascherano va de la mano con el de la Selección argentina. Su comienzo en las Eliminatorias fue tan flojo como el del equipo. Después de ese gran triunfo en Colombia la mano cambió. La historia es otra. Hoy, el volante es una pieza clave en el esquema de Alejandro Sabella.
Cuando en defensa las cosas andaban mal, el nombre de Mascherano surgió como una posible solución a los dramas de la última línea del equipo. Le tocó en el Barcelona jugar de central, pero la filosofía del equipo catalán es totalmente distinta. Pachorra lo bancó en su posición y hoy los resultados están a la vista.
Contra Bolivia se corrió la vida. Fue, junto a Ángel Di María y Sergio Romero, de los más destacados de un equipo que consiguió un valioso empate. El abrazo en el que se fundieron luego del partido lo dice todo: Masche es un verdadero Jefecito. Un distinto que cada día juega mejor.
"Javier es un jugador muy inteligente que se adapta a cualquier esquema", dijo el DT en conferencia de prensa. Lo elogió y lo alabó. Hoy, Sabella no se imagina un equipo sin él.
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