Fue una jugada de alto voltaje político que buscó sin disimulos un fuerte impacto diplomático. El canciller Héctor Timerman sumó ayer en su visita a las Naciones Unidas a las autoridades del Mercosur, la Unasur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) para potenciar el reclamo argentino por la soberanía de las islas Malvinas.
La intención de Timerman fue ejercer mayor presión internacional en la ONU para que Gran Bretaña se siente a dialogar por las Malvinas. También el canciller buscó este efecto político seis días antes de que se conmemore el 31er aniversario de la guerra en el Atlántico Sur.
Timerman llegó ayer a Nueva York y fue al despacho del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon acompañado por el canciller uruguayo Luis Almagro, quien actualmente es presidente pro témpore del Mercosur; el cubano Bruno Rodríguez, que preside la Celac, y el vicecanciller de Perú, José Beraún, a cargo de la Unasur.
La reunión con Ban Ki-moon se dio a menos de 10 días de que los malvinenses realizaran un referéndum que por amplia mayoría ratificó su condición de territorio de ultramar de Gran Bretaña. También la visita de Timerman a la ONU ocurre en medio de arduas negociaciones del gobierno isleño por sumar votos en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, con la intención de imponer el debate por la autodeterminación de los pueblos. Ésta es una posición contraria al reclamo de soberanía que exige Buenos Aires.
Ayer Timerman destacó que "es lamentable que el Reino Unido rechace la gestión de buenos oficios [ofrecida por la ONU] que fue aprobada por la Asamblea General". Aunque otro mensaje del canciller no ayudó a calmar los ánimos para sentarse a dialogar con Londres. Fue cuando dijo: "Gran Bretaña negoció con las dictaduras militares que asolaron a mi pueblo sobre la soberanía de las Malvinas, pero se niega a negociar con los gobiernos democráticos que se han iniciado en 1983".
Antes de esa reunión, Timerman y toda la delegación latinoamericana se habían reunido con el presidente del Comité de Descolonización de la ONU, el ecuatoriano Diego Morejón Pazmiño. En ese ámbito de la ONU es donde en junio próximo la Argentina y los isleños volverán a llevar sus respectivos reclamos.
Timerman añadió que "la Argentina apuesta y hace esfuerzos para la resolución pacífica de un conflicto que ya lleva 180 años desde su inicio, que es la conquista militar por parte de Gran Bretaña de las islas, que son parte esencial del territorio de Argentina y parte esencial del territorio de América latina y el Caribe".
Bloque uniforme
La alusión latinoamericana de Timerman no fue inocente. Apunta a demostrarles a los isleños y a Londres que hay un alineamiento uniforme de los países de la región con la Argentina por la causa Malvinas. Esto incluye la posición de América latina de rechazar el ingreso en sus puertos de los buques con bandera de las islas Malvinas. En esta línea, el canciller Almagro dijo que "la territorialidad que defendemos es de América latina y el Caribe".
La avanzada de la Argentina en la ONU se sumó al pedido que hizo la presidenta Cristina Kirchner al papa Francisco para que la Iglesia Católica intervenga por la resolución del conflicto con Gran Bretaña.
Paralelamente, durante los últimos días los isleños, con la ayuda de la diplomacia británica, mantuvieron reuniones con referentes de países del Commonwealth, la Unión Europea, África y el Caribe para sumar apoyos y dividir aguas en el Comité de Descolonización e imponer el debate de autodeterminación de los pueblos. "El referéndum nos dio un voto claro de lo que queremos tener como sistema político. Espero que las Naciones Unidas se inclinen por sus estatutos y su principio de la libre determinación de un pueblo, que es un derecho humano fundamental", expresó a LA NACION Dick Sawle, uno de los asambleístas de las Malvinas.
En tanto, Mike Summers, otro asambleísta isleño que lideró en Nueva York las conversaciones con diplomáticos de la ONU dijo: "La Argentina no puede socavar el impacto que tuvo el referéndum en varios países e instituciones del mundo".
Ayer, el gobierno isleño emitió un comunicado que reprodujo una carta que enviaron a Ban Ki-moon con comentarios del referéndum y añade que es "decepcionante aunque no sorprendente que Timerman busque desacreditar el referéndum".
Para la Argentina, el referéndum es "ilegal", ya que no lo convocó la ONU. En cambio, los isleños lo presentarán como una carta crucial del debate. Los votos en el Comité de Descolonización definirán en junio quién gana esta nueva pulseada diplomática..
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