Los fondos buitre contestaron con artillería pesada a la propuesta …





El fondo buitre NML Elliott contestó ayer con artillería pesada a la estrategia del Gobierno argentino de contratar al exprocurador general del gobierno de George W. Bush Paul Clement: convenció al rival político del abogado durante la gestión del republicano, Michael B. Mukasey, para que se presente con un escrito ante la Corte Suprema de los Estados Unidos para que ese tribunal no acepte tomar el caso del juicio por los bonos caídos en default en 2001.

El titular de ese fondo, Paul Singer, activo militante de ese partido, conoce personalmente a Mukasey desde el cargo de fiscal general, principal nexo entre el Ejecutivo y el Poder Judicial de ese país.

El ex funcionario es además viejo colega de Ted Olson -el abogado que en su momento defendió a Bush en su disputa contra Al Gore en la pelea legal por los votos de la Florida que luego derivaron en la llegada del republicano a la Casa Blanca en 2000- y luego fue contratado por Singer para que lo represente en el juicio contra la Argentina por los bonos caídos en default que compró el fondo buitre Elliott, relata Ambito Financiero este lunes.

En los años de gestión de Bush, Clement (que desarrolla hoy la estrategia de la Argentina para que la Corte de EE.UU. tome el caso) se enfrentó en reiteradas oportunidades con Mukasey, en especial en la forma legal en que el Gobierno republicano debía afrontar, entre otras cuestiones legales, el rescate financiero derivado de las crisis de 2008 y las consecuencias judiciales que podrían tener en la administración del Ejecutivo norteamericano.

Mientras Clement era prudente con el volumen del rescate, Mukasey era más arriesgado. Ahora, cinco años después, aquella interna republicana tiene un nuevo capítulo.

El exfiscal general fue el encargado de presentar el escrito a favor de los fondos buitre, en la última jornada con que contaba Elliott para fundamentar sus razones para que la Corte no acepte tomar el caso. Abogados cercanos a Olson lo definieron como un "amicus premium", en referencia a las presentaciones que de uno y otro lado se hicieron ante la Corte.

Para la Argentina hablaron a favor, entre otros, los gobiernos de Francia, México, varias asociaciones bancarias que representan a Wall Street e, indirectamente, el Gobierno de Barack Obama. A favor de la posición de los fondos Elliott, Aurelius y Olifant, entre otros, se presentaron Mukasey y otros cinco exjueces federales norteamericanos.

Mukasey, que cobra más de u$s5.000 por hora de trabajo, tiene además un valor agregado para el caso: hasta que formó parte del Gobierno de George W. Bush se desempeñaba como magistrado en el mismo juzgado de Thomas Griesa, el del segundo distrito sur de Manhattan; esto es, Wall Street.

Igualmente, la estrategia argentina desplegada por Clement no es la de ganar el caso, sino demorar el fallo definitivo como para que se llegue lo más cerca posible al primer día de 2014. En ese momento se podrá dejar de aplicar la cláusula denominada Rights Upon Future Offers (RUFO), por la cual los bonistas que aceptaron ingresar a los canjes de deuda de 2006 y 2010 pueden reclamar que se les igualen los pagos en el caso de que la Argentina realice una oferta mejor que la que aceptó casi el 94% de los tenedores de títulos públicos caídos en default en la crisis de 2001, concluye Ambito Financiero.

 

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