El presidente de la Auditoría General de la Nación (AGN), Leandro Despouy, afirmó hoy que “la Argentina es un país sin cultura de control”, con sus organismos de fiscalización “anestesiados” por el kirchnerismo, que cree que “se pueden utilizar los fondos del Estado como si fuera propios, sin rendición de cuentas”.
En una entrevista concedida a NA en la sede de la AGN, en la zona del Congreso, Despouy, un radical de 68 años que está al frente del organismo desde 2002, sostuvo que los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner han “desconfiado” del control y han “hostigado” a las áreas de fiscalización.
Alertó en este sentido que si la próxima gestión continúa utilizando los recursos del Estado del mismo modo, difícilmente” el país alcance “un nivel de desarrollo sano, sustentable, creíble y atractivo” para las inversiones.
Por lo tanto, reclamó al gobierno que asuma el 10 de diciembre venidero que promueva “un cambio en la arquitectura institucional” de las áreas de control.
El funcionario, que tiene mandato hasta 2018, pero deberá alejarse de la AGN si el Frente para la Victoria no gana las próximas elecciones presidenciales, acaba de publicar su libro “La Argentina auditada”, al que definió como “el contrarrelato” del gobierno kirchnerista, “pero desde la realidad, no desde la ficción y la publicidad”.
NA – ¿Qué diagnóstico tiene de la Argentina respecto de la transparencia y el control de la administración pública?
LD – Éste es un país sin cultura de control y todavía no ha madurado para descubrir que el control es una enorme herramienta para corregir una gestión. La Argentina no es un país muy medido en ese sentido. No es un país que presente rasgos de un apego a los procedimientos, a la rendición de cuentas, y esto daña. Está en niveles bajos de transparencia, estamos comparativamente muchísimo más bajo que Uruguay, Chile, muchos de los países de la región, sin hablar de los países altamente desarrollados.