Las 12 cosas que aprendió el corresponsal de la BBC en la Argentina

Cuando uno viaja conoce, aprende, disfruta. Existe una frase muy famosa que dice que “viajar es lo único que uno compra y te enriquece más”. Si a eso se le suma vivir durante algún tiempo en otro país, la sensación de pertenencia es mayor. Algo de todo eso le pasó al corresponsal de la BBC en Argentina, que luego de tres años vuelve a Europa y para despedirse escribió cuáles son las 12 cosas que aprendió en nuestro país.

Para empezar, el periodista español Ignacio de los Reyes aclara: “Lo que sigue no es más que un compendio muy subjetivo (y algo nostálgico) sobre algunas cosas que puede aprender un periodista extranjero de Argentina. Del trabajo y de la vida. De los paseos por la Avenida Corrientes, de los piquetes en la 9 de Julio, de las caminatas por la Patagonia, de los calores de Misiones y de los coyas de Salta”. Esta es su lista.

1- El periodista pone primero al tango (patrimonio nacional), pero sin embargo aclara que la cumbia es, en realidad, la que reina en las calles argentinas: “Gilda, Nene Malo y Agapornis son los dueños de la noche”.

2- Con otras palabras dice que la famosa grieta que divide al país es una de las cosas que tuvo que aprender. Boca y River; Charly y Gustavo; Macri y Cristina; Lanata y 6,7,8; las rochas y las chetas, son para él algunas de esas cuestiones claves para entender la división.

3- El extremismo. “En Argentina, el fin del mundo siempre parece a la vuelta de la esquina, pero rara vez suele llegar”, dice y entonces agrega que los argentinos creamos un arte, el del “atado con alambre”, que sirve para adaptarse a la constante montaña rusa del país.

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4- Lo vertiginoso de la vida y el ritmo político de Argentina. De los Reyes afirma que en este sitio del mundo, lo que hoy es seguro puede cambiar radicalmente al día siguiente: “El político que parece un líder indiscutible en enero puede no ser nadie el diciembre. Y viceversa. El equipo que arranca con dudas un Mundial de Fútbol puede llegar a la final del campeonato. El 'default técnico' que muchos temían en julio de 2014 no trajo el apocalipsis al país. Y cuando pensabas que jamás podría gustarte el mate o el fernet, sucumbiste. Todo cambia”.

5- En el quinto lugar aparece la comida. Más precisamente, quedó enamorado del choripán. Dice que no es un pan con chorizo, sino un ícono pop y un símbolo político. Aunque luego afirma: “Más allá de eso, en Argentina siempre hay que darle un aplauso al asador”.

6 – Decime qúe se siente. “Unos días los argentinos creen que éste es un 'país de mierda', que en algún momento de su historia se frustró su destino de potencia mundial o que no hay manera de ser 'normal', pero a mí me gustan más cuando desafían al resto del mundo: 'Decíme que se siente'".

 

7 – La amabilidad y la pasión. El periodista que escribió distintas notas como “La fascinación argentina por los 'chinos', los 'negros' y los 'gallegos'” o “Las 5 soluciones ingeniosas de los argentinos para sobrevivir en momentos de crisis”, dejó en el puesto siete a la pasión que tenemos para dar un abrazo, para respetar lo sagrado del asado del domingo, y por el cariño de la familia.

8 – La interna. En este caso, el cronista deja un consejo para los periodistas extranjeros que viajen a Buenos Aires: “Es una palabra que se debe aprender para entender que detrás de cada historia hay un conflicto, una rivalidad, una tensión, a menudo entre grupos que buscan fines similares”. Entonces aclara: la interna peronista, la interna del sindicato, la interna de la asociación de víctimas. “Es una sociedad que ama el debate y la discusión”, dice.

 

9 – En este lugar, De los Reyes marca algo que para muchos argentinos no resulta para nada extraño, pero a él le llama la atención: “ Cuando tienes una duda no pides que te la aclaren, preguntas 'si puedes hacer una consulta'”.

 

10 – Chamuyo, drama e histeriqueo. El hombre cuenta que cuando llegó al país le causaban gracia los piropos, pero que detestaba el drama y el histeriqueo (ahora me gustas y después no, ahora que me buscas ya no te quiero). Pero con el tiempo se empezó a cansar del chamuyo y se convirtió en un dramático histérico, y “vivirás con esa divertida maldición por el resto de tu vida”.

11 – Los besos. Acá no dice mucho, sólo enfatiza que en Argentina hay “besos por todos lados”.

12 – Para el último punto, el cronista habla sobre la arrogancia argentina. Dice que tenemos las cataratas de Iguazú y el glaciar Perito Moreno, los cerros del Norte y los picos de la Patagonia, los vinos de Mendoza y las ballenas del sur. El dulce de leche, la carne, la mano de Maradona, a Ricardo Darín y a Las Leonas, la noche de Palermo, Relatos Salvajes, Esperando la Carroza y las páginas de Borges. “El argentino no es arrogante, es sólo que es consciente (y perdón por el porteñismo que estoy a punto de soltar) de que vive, sin lugar a dudas, en uno de los mejores lugares del mundo”, cierra su nota, como quien sabe que -enamorado él- pronto volverá.

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