La gran duda

7 de octubre del 2011. Ese fue el día en el cual Alejandro Sabella inició su ciclo oficialmente con la Selección Argentina. Aquella noche la albiceleste superó con autoridad a Chile por 4-1 y se quedó con el debut en las eliminatorias, rumbo a Brasil 2014.

Desde aquella noche en el Monumental, muchas cosas han cambiado en el conjunto nacional. Discusiones, hallazgos, lesiones, esquemas, jugadores… “Pachorra” encontró a lo largo de estos cuatro años distintas variables para solucionar los problemas que ofreció el conjunto argentino. Algunas respuestas fueron aceptadas por el público nacional, otras no.

Hay un punto o, mejor dicho, una zona que es sinónimo de discusión pensando en el Mundial: la defensa. Argentina es un equipo con poco balance. Cuenta con los cuatro fantásticos adelante y un mediocampo reducido a la hora de marcar. Por eso, Sabella necesita que los cuatro posicionados atrás de todo sean un gran sostén para el plantel. Sin embargo, esto no es así. Son más las dudas que las certezas en la última línea.

Los cuestionamientos no pasan por la línea de cuatro hombres, sino por los cuatro nombres. El único jugador con el que no hay reproches generales es Pablo Zabaleta. El lateral por derecha del Manchester City tiene gran proyección y es sólido en la marca. Además ha sido el integrante más regular en el fondo durante los partidos de Argentina, por lo que el ex San Lorenzo está aprobado. También jugaron en la era Sabella por dicha banda Gino Peruzzi y Gabriel Mercado, ya descartados.

Por el costado izquierdo inician las dudas. Al principio de las eliminatorias fue Clemente Rodríguez quien estaba en dicho lado. Pero las constantes lesiones y rendimientos negativos del veterano ex Boca, fueron apagando lentamente sus luces mundialistas. Así apareció el ex Estudiantes Marcos Rojo. El joven, que cumplirá 24 años en Brasil (20 de junio), suele actuar en el Sporting Lisboa de central. Sin embargo, la falta de jugadores lo llevó a jugar en la banda. Sabella le pide que suba a la hora de atacar cuando, por su puesto en Portugal, no está acostumbrado a hacerlo. Además pierde en la velocidad del mano a mano. Hugo Campagnaro es el único natural remplazante de Rojo, aunque no es superior que el ex Estudiantes.

Por último tenemos la dupla de centrales. Sabella inició las eliminatorias con el dúo Martín Demichelis-Nicolás Burdisso. Sin embargo, “Micho” cometió errores infantiles y nunca brindó la seguridad necesaria. Burdisso sufrió varias lesiones a lo largo de estos cuatro años, entre ellas, la recordada rotura de ligamentos cruzadas en la cuarta fecha ante Colombia. Producto de esto, no tuvo continuidad y el jugador de la Roma quedó marginado del grupo.

Así el entrenador nacional optó por el dueto Federico Fernández-Ezequiel Garay. Desde la quinta fecha ante Ecuador, salvo por lesión o exclusión de alguno, siempre estuvieron en el fondo por cotejos oficiales. Sin embargo, en gran cantidad de las veces que actuaron juntos, Argentina recibió al menos un gol. Ellos no se caracterizan por la marca cuando el rival tiene la pelota dominada. Tampoco tienen grandes fortalezas en el juego aéreo. Lo favorable a ellos es que juegan cada fin de semana en sus equipos.

Por esos aspectos negativos, entran las dudas respecto de los otros convocados. Demichelis arriba a este Mundial luego de levantar su nivel y ser campeón en Inglaterra con el Manchester City. Además juega constantemente en pareja con Zabaleta. Por el otro lado, Otamendi es un jugador que se ha destacado en el Porto y tiene grandes dotes a la hora de marcar. Para finalizar, el que corre desde atrás es José Basanta. Si bien no tiene grandes chances, Sabella aprecia su juego y no hay que descartarlo.

Las estadísticas dicen que en partidos por eliminatorias,  Argentina recibió 15 goles en 16 partidos. Mantuvo cuatro vallas invictas, todas ellas de local, ante Uruguay, Ecuador, Colombia y Venezuela.

El próximo lunes Sabella deberá anunciar la lista definitiva de 23 que viajará a las tierras cariócas. Uno de los ocho mencionados dejará la concentración. Pero, ¿podrá Pachorra encontrar en Brasil la fortaleza que no tuvo en las eliminatorias?

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