El paso del campeón europeo por la Argentina dejó un saldo de dos derrotas, la peor ubicación en el ranking IRB y una única conclusión: hay mucho por mejorar.
La diferencia de experiencia y jerarquía que existía en la previa se vio también reflejada en la cancha: Irlanda, aún sin sacar a relucir todo su potencial, siempre tuvo el control de las acciones y los Pumas tuvieron que apelar a la defensa para mantenerse cerca. A pesar de no caer por un resultado abultado, los de Hourcade no pudieron ni acariciar la victoria.
En líneas generales, la Argentina (más en Chaco que en Tucumán) dio muestras de tener un buen funcionamiento a la hora de contener los avances, pero no muchas veces se podrá construir una victoria si se defiende la mayor parte del partido. Y no siempre el rival perdonará.
Para eso, será clave mejorar la obtención en las formaciones. No sólo en cantidad, sino en calidad. Porque la propuesta de salida rápida y dinámica que Hourcade pretende implementar sólo podrá ponerse en práctica con una línea bien lanzada y con espacios para atacar. Entonces, el trabajo de los forwards será fundamental.
En Chaco, los Pumas se quedaron sólo con siete pelotas de las 11 que lanzaron en la hilera y perdieron tres de los seis scrums que tuvieron a favor. En Tucumán, una semana más tarde, la estadística marcó cuatro pérdidas en 15 lanzamientos y tres limpias de cinco en el empuje.
La gran deuda, sin embargo, sigue siendo la enorme cantidad de infracciones: se cometieron 14 en el debut y 12 en la revancha. Demasiado para el primer nivel.
El viernes, en Córdoba, el equipo argentino se encontrará con un rival de menor calibre que Irlanda, pero igualmente no será para nada sencillo. Porque Escocia propone un juego físico con los forwards e intentará sacar provecho de las muchas o pocas oportunidades que se le presenten.
El Cardo, un adversario más acorde a la realidad que atraviesan los Pumas, llega con dos éxitos ante seleccionados de menor fuste como Estados Unidos y Canadá y una larga lista de lesionados, aunque tiene rodaje en conjunto y nombres de experiencia en el plano internacional y en competiciones europeas.
La Argentina no sólo deberá tener el control de la pelota. También tendrá que saber cómo utilizar la posesión y profundizar algunos de los buenos movimientos en ataque que mostró en los tests con los irlandeses. Los británicos no tienen el mismo poder ofensivo que los de verde y será cuestión de animarse a proponer más que esperar. Madurar, ahora, y superar la crisis de los 40'.
Foto UAR