El serbio Novak Djokovic confesó
su amor por el tenis y consideró que este deporte le "salvó la vida". El número
dos del mundo se encuentra en la Argentina por primera vez para disputar una
exhibición frente a Rafael Nadal y, además, participará del homenaje a David
Nalbandian.
Djokovic rescató la importancia del tenis en su vida. "Este deporte me ha
ofrecido muchas cosas positivas en la vida. En mi familia nadie jugó al tenis
antes que yo. Cuando tenía cuatro años lo vi por TV, mi papá y mi mamá tenían
un restaurante en la montaña, en Serbia, y por allí cerca había tres canchas de
tenis. Yo vi cómo las construyeron y me fui enamorando. Mi amor por este deporte es muy grande. En cierto modo, el tenis me
salvó la vida".
El serbio tuvo una infancia difícil debido a que su país se encontraba en un
conflicto bélico. "La guerra incidió en
mi enfoque del tenis profesional y también en poder dedicarme más al deporte.
La guerra es algo que no le deseo a nadie, es destrucción, es perder familias,
perder a los seres queridos y el país atacado tarda muchísimos años en
recuperarse. En las guerras todos pierden, es lo peor, es devastación. Por eso,
repito, el tenis fue una bendición en mi vida", afirmó el serbio al diario La
Nación.
Sobre la actualidad del tenis, Djokovic aseguró: "Es difícil evaluar si este es el mejor tenis de la historia, porque no
recuerdo la época de Borg, Connors, McEnroe. Sí me acuerdo de los que jugaban
cuando yo empezaba, de Sampras, Agassi, Edberg. Pero el nivel del tenis en
ese momento también era alto, el talento que poseían era maravilloso. Pero por
supuesto que el tenis ha evolucionado, hoy físicamente es mucho más exigente de
lo que era hace 20 años y cada generación tiene sus propios campeones, sus
propias rivalidades, que han dejado un gran legado para que la gente pueda
atesorar y apreciar esos momentos".
Djokovic contó que su sueño es ganar
Roland Garros. "Los Grand
Slams son siempre mi prioridad, son los torneos más valiosos, voy a tratar de
ganar cada uno, son importantes los rankings, sí, pero yo quiero ganar Grand
Slams, y si lo logro, el ranking vendrá solo. París es el más grande desafío
porque enfrente está Nadal, el mejor jugador en canchas lentas, y este año
jugamos un partido muy largo, muy parejo, sentí que estuve cerca, eso me dio
confianza, pero sé que tengo que seguir trabajando para alzar ese trofeo. Estoy
muy conforme con lo que logré en mi carrera, pero no me quedo con ello y voy
por más".
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