La caja aeronáutica que le falta al Gobierno

Para Eurnekian, Aerolíneas se podría "manejar mejor"

Cualquier sospecha sobre la visión que tiene la nueva generación de funcionarios del Gobierno sobre Aeropuertos Argentina 2000 se saldaría rápidamente en una charla con Gustavo Lipovich, un geógrafo estudioso del sector que, hasta hace pocas semanas, representaba al Estado como director en la empresa de Eduardo Eurnekian y que acaba de ser designado en el Orsna, el ente regulador aeroportuario.

No tanto porque Lipovich haya cultivado una buena relación con La Cámpora o Axel Kicillof y una pésima con Eurnekian, sino por la postura que le han oído plantear sus pares, bastante afín con los criterios aeronáuticos que rigieron aquí hasta la desregulación de los 80.

Otra opción sería leer su interesante tesis doctoral, publicada en 2010 y titulada "Los aeropuertos de Buenos Aires y su relación con el espacio metropolitano", donde Lipovich se plantea el rol de los gobiernos en el sector. "El transporte puede ser visto en algunos casos como un elemento de impacto en la construcción y unidad nacional, así como una herramienta política", dice.

Es la misma publicación que da inequívoco sustento a un rumor reciente: la posibilidad de que sólo Aerolíneas opere en Aeroparque y desplace al resto de las empresas a Ezeiza. Lipovich lo hace objetando un viejo proyecto del concesionario: "Eduardo Eurnekian, propietario de Corporación América, principal accionista de Aeropuertos Argentina 2000, se refirió a un doble proceso basado en la regionalización del Aeroparque y la cabotización de Ezeiza. Estos procesos paralelos no sólo evidencian un alto grado de improvisación y de falta de actitudes estratégicas, sino que también clarifican la aplicación de medidas e intereses encontrados entre Aeropuertos Argentina 2000 y Aerolíneas Argentinas. No vendría nada mal la intervención gubernamental con objetivos precisos y fundados que dirima esta situación", dice.

Ese concepto, "intervención gubernamental", es el que ha propagado últimamente el pavor en la corporación. Bajo la lógica kirchnerista, Eurnekian, hombre de bajo perfil y poco afecto al periodismo, se defendió ayer con el manual perfecto para irritar al Gobierno: cuestionó a Aerolíneas, el nicho intocable que funciona bajo las órdenes de Máximo Kirchner, y además no lo hizo por la vasta red de medios afines que suelen frecuentar Amado Boudou o Abal Medina, sino por Radio Mitre y en el programa de Jorge Lanata. El lucifer del credo oficialista.

En realidad, las presunciones del empresario despuntaron hace un año, cuando su pequeño imperio aeronáutico empezó a recibir la inestimable atención de Kicillof, por entonces funcionario en ascenso, que machacaba en el oído de la Presidenta sobre la necesidad de subir del 15 al 40% la participación del Estado en Aeropuertos.

La tentación es grande. Sólo en servicios de pista, Aeropuertos factura $ 2500 millones por año. Eurnekian suele decir que no da ganancias y que sólo le sirve para ganar licitaciones en otros países, pero se trata de una verdad a medias: parece olvidar el hábil empresario el negocio que suponen servicios como las tiendas del preembarque, la red hidrante de combustible o el estacionamiento.

Un activo que supone, con Aerolíneas Argentinas e Intercargo, la única caja aerocomercial local que da beneficios. Para militantes que prometen ir por todo, soslayarlo equivaldría a dejar la gesta inconclusa..