La Argentina retoma desde hoy formalmente las negociaciones para intentar destrabar el principal frente externo que condiciona el financiamiento: los holdouts, los acreedores que en su mayoría pertenecen a los denominados fondos buitre.
El secretario de Finanzas, Luis Caputo, que al cierre de esta edición volaba a Nueva York, se entrevistará hoy con Daniel Pollack, el mediador designado por el juez Thomas Griesa. Pollack tratará de mostrar también algún resultado positivo, algo que no logró con el kirchnerismo.
La idea de Caputo, que se reunió días antes de asumir como secretario de Finanzas con el mediador, es lograr establecer con cronograma de negociación que comience en enero para cerrar el capítulo con los holdouts lo antes posible. La semana pasada, Pollack recibió a los representantes de los fondos buitre pero la Argentina no envió representante a dicha reunión. La excusa local fue entendida por el mediador. El Gobierno dijo que primero debía levantar el cepo para luego negociar con los acreedores internacionales. Pollack dio el visto bueno, pero como la reunión ya estaba agendada decidió no suspenderla y la mantuvo solo con los holdouts.
Según Pollack la deuda con los litigantes ya ronda los u$s 10.000 millones, al sumar a los acreedores me too al reclamo original de NML Capital y Aurelius entre otros.
Según los cálculos que hicieron en el Gobierno, para solucionar el conflicto de forma definitiva se necesitará emitir deuda por entre u$s 15.000 millones y u$s 20.000 millones.
Una de las principales trabas que tiene el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, es que aún no está confirmado el llamado a sesiones extraordinarias en el Congreso, y si esto sucede tampoco se aclaró oficialmente que el tema holdouts se trate. Mientras tanto seguirá vigente la ley que impide ofrecer a los holdouts más de los que el país pagó en los canjes de la deuda realizados en 2005 y 2010.
Al mismo tiempo, el Gobierno podría pedir a Pollack que se aplique un stay, es decir, que mientras duren las negociaciones se pueda pagar, sin embargos, la deuda emitida luego del default.