La Argentina se suma a la celebración del Día Mundial contra la Pena de Muerte con la firma de un comunicado conjunto que hace un llamado a la discusión sobre la abolición de la pena capital para todos los crímenes en el planeta.
El canciller Héctor Timerman, junto con otros 17 ministros de Asuntos Exteriores, piden en la declaración conjunta que se respete la dignidad humana, y su objetivo principal es el de fomentar un diálogo abierto y constructivo entre países abolicionistas y "retencionistas". A pesar de respetar a los países que tienen o aún usan la pena capital, la declaración toma una posición firme defendiendo la abolición general de la pena de muerte. El tema del Día Mundial contra la Pena de Muerte este año es "Drogas y Criminalidad".
Por su parte, La Unión Europea (UE) y el Consejo de Europa manifestaron su "firme oposición" a la pena capital. "La pena de muerte es inhumana y degradante, no tiene ningún efecto disuasorio importante demostrado y hace que los errores judiciales sean irreversibles y letales", denunciaron la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, y el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland.
Tanto la UE como la organización internacional para la promoción de los derechos humanos recordaron que en los Estados miembros no se ha llevado a cabo ninguna ejecución desde hace 18 años.
La pena de muerte en el mundo
Hechos y números
103 países y territorios han abolido la pena capital para todos los crímenes.
6 países han abolido la pena de muerte para todos los crímenes, salvo los crímenes militares.
Los países/territorios que han abolido más recientemente la pena de muerte son Madagascar (2014), Fiji (2015), Surinam (2015) y el estado americano de Nebraska (2015).
51 países pueden ser considerados como abolicionistas de facto al no haber procedido a ninguna ejecución al menos los últimos 10 años, entre los cual cuentan 6 países con suspensión de las ejecuciones incluidas en la ley. Así pues, son un total de 160 países (82% de los países del mundo) a haber abolido la pena de muerte en su legislación o en la práctica.
38 países y territorios mantienen la pena de muerte, aunque recurren a ella con una frecuencia y un número variable de veces.
Entre los 38 países y territorios que mantienen la pena de muerte:
22 países han hecho ejecuciones en 2014; de los cuales únicamente 4 o 5 países hacen regularmente uso y con un número alto de ejecuciones.
33 países y territorios mantienen la pena de muerte por tráfico de drogas, y 13 de esos 33 países han hecho una ejecución por tráfico de drogas en los últimos 5 años.
Desde diciembre del 2014, las ejecuciones se han reanudado en Pakistán, Jordania, Indonesia y en el Chad.
El comunicado
Llamado conjunto del 10 de octubre 2015
Al celebrar hoy el Día Mundial en Contra de la Pena de Muerte, nosotros, Ministros de Relaciones Exteriores, hacemos un llamado conjunto por un mundo que respete la dignidad humana. La pena de muerte, un tema complejo, continúa cuestionando los valores fundamentales de nuestras sociedades y desafiando nuestra respectiva comprensión de la justicia penal.
Respetamos la posición de aquellos que todavía apoyan el uso de la pena de muerte y creemos que todas las personas tienen derecho a ser protegidas contra el crimen y la violencia. Sin embargo, consideramos que las ejecuciones por parte del Estado no deben tener lugar en el siglo XXI. Los sistemas de justicia modernos deben aspirar a más que sólo una represalia.
Las principales objeciones a la pena de muerte son bien conocidas. Contrario a la creencia popular, no existe evidencia alguna que respalde el argumento de que las ejecuciones detienen o previenen el crimen, incluyendo delitos relacionados con drogas - el tema del Día Mundial de este año. Ningún sistema judicial está completamente exento de error, lo que significa que una sentencia de muerte puede recaer en un inocente. Frecuentemente, las penas capitales son desproporcionadamente impuestas a personas pobres, vulnerables y marginadas, agravando la discriminación en contra de los más débiles en la sociedad. Finalmente, las penas capitales fracasan en proveer compensación equiparable o consuelo espiritual a las víctimas de crímenes o a sus familias. Ejecuciones por parte del Estado resultan en más odio y violencia - el efecto completamente opuesto a lo que los sistemas de justicia modernos deberían aspirar a alcanzar.
Este llamado conjunto, el cual dirigimos a todo el mundo, es realizado por parte de Ministros de Relaciones Exteriores de Estados tanto abolicionistas como no-abolicionistas. Reconocemos que el intercambio y la cooperación son necesarios para que juntos alcancemos sistemas judiciales más efectivos y más humanos. Nuestros países tienen la experiencia y la motivación para, unidos, transformar la pena de muerte en un asunto del pasado. Una amplia mayoría de países ya apoyan la abolición mundial de la pena de muerte; deseamos que pronto todos los países se puedan unir a esta tendencia.
Firmado por los siguientes Ministros de Relaciones Exteriores (países): Héctor Marcos Timerman (Argentina), Julie Bishop (Australia),Saliou Akadiri (Benín), Mauro Vieira (Brasil), Moussa Bédializoun Nébié (Burkina Faso), Manuel González Sanz (Costa Rica), José García-Margallo y Marfil (España), Ratu Inoke Kubuabola (Fiji), Albert Ferreros del Rosario (Filipinas), Lener Renauld (Haití), Claudia Ruiz Massieu (México), Edgars Rinkevics (Letonia), Béatrice Jeanine Atallah (Madagascar), Lundeg Purevsuren (Mongolia), Børge Brende (Noruega), Grzegorz Schetyna (Polonia), Didier Burkhalter (Suiza), Feridun Hadi Sinirlioglu (Turquía)