Con sus jugadores amenazados por sus hinchas y sin margen de error para mantenerse en la Primera División argentina, el Independiente de Avellaneda, que este viernes se enfrentará al Unión, atraviesa el momento más dramático de su historia al estar cada vez más cerca del descenso.
"Si descienden los vamos a matar a todos", gritaron varios hinchas que se acercaron el miércoles al entrenamiento del equipo en la localidad de Ezeiza. La amenaza fue dirigida de manera directa al delantero Luciano Leguizamón en el momento en que se retiraba del lugar.
Además, colgaron algunas banderas en las inmediaciones con leyendas intimidatorias.
Tras sufrir la cuarta derrota en ocho jornadas el fin de semana pasado, el entrenador Américo Gallego dijo que no renunciará a su cargo, pero en Avellaneda se impone el rumor de que si el equipo no supera al Unión, otro candidato al descenso, el técnico podría abandonar su puesto.
La grave situación del Independiente, que nunca bajó de categoría en su historia, se produce por su bajo promedio de puntos en las tres últimas temporadas, sistema de descenso que dejaría de utilizarse en la próxima competición.
El líder de la clasificación y único invicto, Lanús, recibirá el sábado al All Boys, mientras que los que comparten el segundo puesto, Newell's Old Boys y River Plate, se enfrentarán al alicaído Tigre y al siempre complicado Arsenal, respectivamente.
El colista en la clasificación, el Estudiantes de La Plata, espera la llegada a Buenos Aires, procedente de España, de su nuevo entrenador, Mauricio Pellegrino, extécnico del Valencia, quien observará al equipo ante el Godoy Cruz.
El Boca Juniors, situado diez puntos abajo del liderato, continuará con su rotación de jugadores ante el San Martín, que ocupa uno de los puestos del descenso, mientras el entrenador Carlos Bianchi busca un patrón de juego para su equipo tras asumir su cargo a principios de este año.
Un partido con tradición es el que protagonizarán el sábado San Lorenzo de Almagro y Racing, el primero necesitado de puntos para mantenerse fuera de los puestos que condenan a la baja de categoría y el segundo pendiente de un triunfo para no perder de vista a los principales candidatos a título.