Como ocurre en otras industrias, la de seguros levanta sus expectativas respecto de la Argentina. Así lo dejó entrever en diálogo con la nacion James Dwane, presidente y director ejecutivo para América latina y el Caribe de American International Group (AIG), la multinacional norteamericana que opera a nivel local como Meridional Seguros. Aunque estar acostumbrados a la volatilidad política y económica de la región permitió adaptar la operación local a las regulaciones impuestas en los últimos años, dice Dwane que el país se encamina ahora a una mayor apertura y transparencia que simplificará la operación. Y eso, dice, contribuirá a mejorar el negocio. Bajo la administración kirchnerista se prohibió a las aseguradoras hacer inversiones en moneda extranjera y recientemente se las obligó a vender sus bonos en dólares, medida que fue resistida en la Justicia. La inflación y desaceleración en la venta de autos condicionó la rentabilidad en el país, lo que motivó a la aseguradora a reposicionar su cartera en un segmento de mayor calidad que mejoró los ingresos. Según Dwane, la compañía ha aprendido de la Argentina.
-Desde una perspectiva regional, ¿dónde ubica a la Argentina?
-Es nuestra operación más grande en ingresos; sumamente importante no sólo por su tamaño, sino también porque tiene una larga historia, de la cual gran parte del resto de la región ha aprendido o copiado la forma en que hacemos las cosas aquí. Además, históricamente, aunque no todos los años, ha sido rentable.
-¿Qué cosas surgieron aquí que se trasladaron a la región?
-En primer lugar, aquí hay una mayor dimensión de nuestro producto de seguros más importante que es el de automotor. La Argentina es un mercado muy dinámico en relación a cómo gestionar el negocio frente a la inflación, los precios, los repuestos. Aquí hemos aprendido a gestionar ese producto eficazmente y lo hemos colocado en México y Ecuador, y estamos empezando en Colombia y Brasil. Otro ejemplo es que el país ha adoptado la diversidad e inclusión. Nuestro departamento legal fue el primero y ha sido guía para el resto de la región. Y algunas de las prácticas de siniestros en la Argentina se han considerado buenas prácticas que hemos compartido en la región.
-La Cepal pronosticó apenas 0,6% de expansión en América latina para 2016, ¿cómo influye eso en su negocio?
-Durante los últimos tres años hemos crecido a tasas muy significativas (24% en 2013, 22% en 2015, y entre 17 y 19% en 2015). Eso da cuenta de que la tendencia de crecimiento macro no es tan importante como la capacidad de la compañía de ejecutar su estrategia. América latina se caracteriza por tener un mercado de seguros con una penetración muy baja, en relación con otras partes del mundo. Entonces, este "retardo de oportunidad" en la tendencia macro no importa tanto con una buena ejecución. Claro que nos afectan en algunas cosas, como gastos en infraestructura, pero los resultados indican que no son una variable tan significativa para nuestro éxito. Es una región emergente que genera mucho entusiasmo.
-Hubo años de estancamiento en el país, ¿cómo fue su desempeño?
-Se desaceleró, pero no por razones externas, sino porque tomamos la decisión de modificar nuestro enfoque y reenfocarnos más en la calidad de nuestra cartera, en construir los productos y servicios que necesitan los clientes. Aunque crecimos a una buena tasa, no fue nuestro objetivo principal. Durante un par de años no fuimos rentables, porque nuestras pérdidas fueron mayores a lo que solían ser históricamente.
-¿En qué consistió ese cambio en un contexto de desaceleración en las ventas de autos?
-Aseguramos menos autos en relación a niveles de hace dos años, pero estamos satisfechos. Reposicionamos nuestra cartera en una categoría más estable, predecible y rentable. La desaceleración nos afectó, igual que a todos, ya que se han vendido menos automóviles. Ahora tenemos una cartera menor en unidades, pero mejor en ingresos y rentabilidad. Es lo que queríamos lograr.
-¿Cómo está el país respecto de otros en cuanto a la seguridad vial y los robos de automóviles?
-Está en un nivel de paridad, ni peor ni mejor. Hay partes de América latina que son más difíciles, pero no diría que la Argentina está entre ellas. Aquí existe un entorno de responsabilidad civil más avanzado, por eso nuestras operaciones tienen que tener en cuenta que esos siniestros requieren una gestión más intensiva, parecida a la de Estados Unidos. La seguridad vial es una prioridad a nivel global, parte de una estrategia en la que contribuimos a la comunidad a través de la educación vial.
-Para los próximos años se esperan obras de infraestructura. ¿Ven un potencial de expansión?
-Absolutamente. Si bien la mayor parte del negocio aquí está orientada a productos de consumo, a nivel global también somos conocidos como una aseguradora comercial con experiencia en construcción, energía y medio ambiente. Siempre que hay actividad de infraestructura representa una oportunidad.
-¿Qué impacto tuvo la devaluación, en relación con los costos y en el aspecto financiero?
-Estamos muy acostumbrados a trabajar en países con volatilidad política y económica, con lo cual, para nosotros, esto es normal. Aquí tuvimos la posibilidad de armar los posibles escenarios. Cuando comenzamos a vernos afectados por la inflación y la devaluación empezamos a planificar con nuestros siniestros reservas y según nuestros capitales. Para el equipo de la Argentina esto es normal, así que directamente presionamos el botón y seguimos adelante con la prioridad de estar dentro de los marcos regulatorios de cada lugar. El cambio es inevitable y crea oportunidades; lo vemos desde esa perspectiva.
-¿Será necesario subir precios?
-En caso de seguros del automotor hacemos tres revisiones por año para asegurarnos de que la manera en que fijamos los precios sea coherente con nuestras expectativas de siniestros. Entonces, si esperamos que el costo de la mano de obra y los repuestos se incrementen, sería de esperar que también se incrementen nuestros precios para mantener un nivel de rentabilidad.
-La eliminación del cepo, ¿mejora el panorama?
-Espero que sí. Como dije, para nosotros es la normalidad; si bien tengo una valoración de cómo esto va a afectar a las personas en la Argentina, como empresa que tiene que afrontar situaciones como ésta, yo me enfoco en asegurarnos en comprender el negocio.
-¿Cómo ve el clima de negocios?
-Percibo una situación de optimismo, de oportunidad. Parece que algunas de las cosas que hemos visto ocurrir en un período muy breve, en cuanto a una mayor apertura y mayor transparencia, siempre es mejor para nosotros. Somos un sector regulado y dedicamos mucho tiempo a asegurarnos de respetar las reglamentaciones que se nos requieren, sin importar cuáles sean, cuán específicas o irracionales, siempre y cuando podamos cumplirlas. Hay muchos lugares complicados y volátiles, y para nosotros no se trata de lo que se nos requiere que hagamos, sino de la claridad y transparencia de las reglas, y la Argentina parece estar yendo en esa dirección.
-En relación con la restricción para hacer inversiones en moneda extranjera, ¿creen que podría revertirse en el nuevo escenario?
-Hicimos la planificación en función de esta situación particular, y a medida que se vayan desenvolviendo los acontecimientos vamos a asegurarnos de que la cartera de inversiones esté estructurada correctamente. A medida que sea más transparente y en la medida de que haya menos restricciones para operar, esto se torna más fácil, como en otros países. Más importante que el hecho de que sea fácil es que se torna más flexible, lo que en términos generales significa que cuanto más flexibles podamos ser y menos complicado sea, más tiempo podemos dedicar a que hagamos lo correcto para nuestros socios y empleados.