La causa se inició en 2009 a partir de la confesión de Paola Kasianoff durante un juicio de divorcio de la piedra que tendría la familia de su ex esposo, Jean Carlos Michel Cortes. Según dijo, la piza la compró su ex suegro, el anticuario Florencio Cortes, de manera presuntamente ilegal; y de acuerdo a un contrato agregado al expediente lo habría hecho pagando un precio irrisorio, pues la misma ahora valdría millones.
En una declaración que dio años más tarde, Kasianoff dijo que en realidad desconocía qué valor tenía la piedra y cómo fue el proceso de compra. Fuentes consultadas por Infobae precisaron que la mujer atravesaba por entonces un difícil proceso división de bienes con Cortes.
En ese tiempo, la mujer decía estar atemorizada por el poder que ejercía su ex, el francés Cortes. Mencionó que en una ocasión la seguridad del country donde ella vivía encontró un arsenal de armas que incluía una ametralladora AK-47, perteneciente a su ex esposo, y que pese a ello logró sortear la causa judicial. "Cuando nos reunimos a la semana de ese evento por nuestro convenio refiere que salió tan rápido ´porque le había pagado cien mil dólares al juez de la causa y puede hacer lo que quiere", declaró la mujer.
El delito que se investiga es del tráfico ilegal de una pieza arqueológica que pertenece a patrimonio público y que ahora es reclamada por Italia. Por eso es que la familia Cortes y su entorno está en la mira y ya fueron citados a indagatoria para estos días.
La búsqueda del capitel etrusco continúa. Si bien todo indica que estaba en poder de Kasianoff en una vivienda del country El Bosque de Campana, donde se fue a vivir tras la separación, lo cierto es que cuando ella entregó una caja de madera en su interior no estaba, sino que había una piedra falsa que luego reconoció que cambió. El tesoro arqueológico es algo que debía quedar supuestamente en poder de los Cortes de acuerdo a la división de bienes pactada entre Kasianoff y su ex.
Según supo Infobae, la piedra estuvo en poder de Kasianoff, quien en principio se resistió a entregar la pieza pero, envuelta en la disputa de bienes por el divorcio finalmente, luego cedió.
La mujer contactó por medio de un vecino del country de nombre Gonzalo a una persona conocida como Carlos, alias "El Gaucho", para que intermedie y sea quien entregara la pieza a la familia de su ex. No obstante, sospechó después que el hombre vio la oportunidad y que había comenzado a negociar una suma de dinero con los Cortes por la entrega de la pieza.
Ante la sospecha que el hombre estaba negociando una suma con los Cortes, se presentó ante la división patrimonio cultural de INTERPOL para hacer la denuncia. Delante de los autoridades, habló con "El Gaucho" por radio para acordar el día que iba a realizar la entrega del capitel a los Cortes, y así poder interceptarla. Pero Carlos se adelantó y habría entregado la pieza antes. Allí se perdió el rastro del tesoro.
El punto de partida de los allanamientos fue un garage propiedad de los Cortes ubicado en Marcelo T. de Alvera al 1400. Por tareas de inteligencia, la Justicia detectó que la empresa "Fletes Salta" realizó el traslado hasta ese lugar de lo que sería la presunta pieza arqueológica.
Un empleado de la empresa de fletes declaró en la investigación que el 17 de noviembre de 2009 se presentó en un garage de las calles Moreno y Lima, y que le fue encomendado llevar una piedra "de gran tamaño, color claro, con la forma de unas caras y otras formas a su alrededor" a otra playa de estacionamiento ubicada en la calle Marcelo T. de Alvear.
Este último lugar fue allanado el 1 de diciembre de ese año. La comisión policial fue atendida por Jean Michel Cortes, quien dijo ser propietario del lugar, y la inspección dio negativa. No se encontró la piedra, sino sólo varios cuadros y distintas esculturas.
El 11 de abril 2011 el entonces subrogante del juzgado federal 2, Marcelo Martínez De Giorgi, (hoy a cargo de Sebastián Ramos) libró varios allanamientos: Arenales 1954, piso 2; Marcelo T. de Alvear 1458/60; Avenida Figueroa Alcorta 3422, Planta Baja y la estancia "Mi Querencia" en el kilómetro 314 de la ruta 5 en Carlos Casares.
En el allanamiento realizado en el departamento de la avenida Figueroa Alcorta 3422, donde viven los padres del francés Jean Cortes; y en el de la calle Arenales 1954 el resultado fue negativo, la pieza arqueológica no se encontró pero sí algo que llamó la atención de los investigadores: en una de las cinco habitaciones que hay en el departamento de la calle Arenales, en la que hay un baño, se encontró en una rejilla se encontró 11 fotografías (agregadas a la causa) del capitel que se busca; y una autorización para retirar la misma de la vivienda a la que se mudó Kasianoff tras su separación.
También dio negativo la inspección realizada en el campo de Carlos Casares. Sí fue llamativo el hallazgo de dos candelabros de bronce en medio de una construcción precaria, a la intemperie, y que el oficial de la Policía Federal Hugo Soria al declarar aseguró que "no se descartaría la posibilidad que los objetos en cuestión podría tratarse de elementos presumiblemente producto de un ilícito".
En el allanamiento, y a raíz que los teléfonos estaban intervenidos, luego se registró una escucha. Fue entre el capataz del lugar, Gastón Mut y Roberto, quien se trataría del 2do mayordomo, Roberto Ugalde. El primero le decía que la policía había llegado a la estancia por "el secuestro de las cosas que están detrás de la casa de Daniel". El mencionado sería Daniel Corradini, encargado de un tambo.
Ahora el juez Ramos tiene previsto indagar a los Cortes y su entorno. Pero mientras tanto sigue la búsqueda de la pieza arqueológica y, según informaron fuentes judiciales a Infobae, desde Italia hubo interés en la investigación.
El 22 de enero de este año llegó un fax de Roma con el asunto "capitel de probable origen italiano". "Se ha detectado que la obra mencionada puede ser asimilada a algunos ejemplares de piedra nenfro provenientes de las áreas arqueológicas de Vulci", sostiene la comunicación.
"Por lo anteriormente expuesto, esta Dirección tiene interés en la repatriación del bien acorando los tiempos y las modalidades de su traslado a Italia. Y por la presente solicita formalmente su devolución en los términos de la convención UNESCO de 1970" , agrega la comunicación firmada por Luigi Malnati.
La historia aún tiene final abierto. En ella confluyen varios estudios de abogados, muchos de renombre, y algunos de los cuales intervinieron en resonantes casos mediáticos. Incluso, un juez federal que años más tarde resultara destituido por presunto mal desempeño en su cargo.
Por primera vez los Cortes ahora afrontarán a la Justicia, y la expectativa está puesta sobre qué dirán sobre el tesoro arqueológico que se supone auténtico y que forma parte de la historia universal.