Piden que Francia respalde a Londres por Malvinas
PARÍS.- Mañana, cuando el avión que lleva al primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, se pose en Buenos Aires, una pregunta planeará sobre cada miembro de la comitiva: ¿adónde va la Argentina?
Esa inquietud es legítima. Con 220 empresas francesas instaladas en el país y 40.000 empleos directos, la Argentina es el tercer socio de Francia en número de compañías en América latina, el cuarto en términos comerciales y el cuarto cliente de la región. En 2011, el volumen del intercambio bilateral se elevó a 1900 millones de euros. Pero la situación se ha degradado y los motivos de litigio superan las coincidencias, sobre todo en el terreno comercial.
"Hasta hace dos años, el dinamismo de la economía argentina era interesante. Ahora, con una inflación galopante, una previsión de crecimiento mucho más mediocre que el promedio regional, unas reglas de comercio exterior cada vez más restrictivas y, sobre todo, una ausencia de visibilidad política, la Argentina ha dejado de figurar entre los países prioritarios para invertir", resume un dirigente empresario que, como la mayoría de las fuentes consultadas, requirió el anonimato.
El estilo impuesto a las relaciones bilaterales es diferente, pero Francia tiene los mismos problemas con la Argentina que el resto de sus socios europeos. El 24 de mayo pasado, los 27 miembros del bloque presentaron una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) denunciando las "restricciones" a las importaciones impuestas por el gobierno de Cristina Kirchner. En julio de 2012, los productores franceses de biodiésel denunciaron a la Argentina ante la Unión Europea (UE) por dumping, mientras que una media docena de empresas francesas siguen esperando ser indemnizadas por Buenos Aires después de haber denunciado al país ante el Ciadi por más de 5000 millones de dólares.
La tensión es perceptible en gestos que no pasan inadvertidos. En 2010, la embajada argentina en París fue la invitada especial del coloquio "Cómo invertir en la Argentina" organizado por Ubifrance en la capital francesa. Este año esa misma reunión se hizo a puertas cerradas: "Ni siquiera nos invitaron", lamentó una fuente diplomática argentina.
A pesar de eso, la balanza comercial bilateral sigue siendo excedentaria para Francia y la presencia francesa en el país es masiva. De allí que -contrariamente a España o Italia, que han adoptado una política frontal con Buenos Aires- la diplomacia francesa hace esfuerzos para no romper el diálogo. En ese contexto, la embajada de Francia en Buenos Aires mantiene excelentes relaciones con el secretario de Comercio, Guillermo Moreno. "Nuestras empresas se benefician", admitió un responsable de Ubifrance, la agencia francesa para el desarrollo internacional de empresas. "Pero todos nos preguntamos hacia dónde va la Argentina", precisó.
Las coincidencias son más numerosas en el terreno diplomático. La fugaz visita de Ayrault se produce en medio de una intensa actividad internacional. Medio Oriente, Siria, Irán... Francia, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, y la Argentina, que acaba de incorporarse como miembro rotativo, tendrán que trabajar juntas sobre esos expedientes.
El G-20 será otra tribuna de cooperación. Prevista para septiembre en San Petersburgo, la cumbre de las naciones más desarrolladas será ocasión para que ambos países muestren una recuperada sintonía, después de cinco años de divergencia, durante la presidencia liberal de Nicolas Sarkozy. "Francia quiere demostrar la ineficacia de la austeridad a ultranza para recuperar el crecimiento. Creemos que su gobierno estará de acuerdo", afirmó una fuente del gobierno francés.
Ayrault permanecerá apenas cuatro horas en Buenos Aires, donde almorzará con Cristina Kirchner. Según sus servicios, "no se omitirá ningún tema": lo positivo y aquello que lo es menos. "Todo en un espíritu constructivo", insistió la fuente.
De paso hacia la cumbre Celac-UE, en reemplazo del presidente François Hollande, el primer ministro partirá luego a Chile. Lo acompañan unos 30 empresarios franceses. Ninguno hará escala en la Argentina..