Incendios y represas

Cada año, la vegetación que destruyen los incendios en la Argentina permitiría satisfacer la demanda total de energía eléctrica del país, de acuerdo con un informe de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. Según el estudio, la Argentina es uno de 57 países del todo el mundo que podrían satisfacer la totalidad de su demanda de electricidad a partir de la energía que se libera en incendios de vegetación, incluyendos los naturales y los producidos de mano humana, por ejemplo en desmontes.

En Entre Ríos se construyó la represa de Salto Grande, en el río Uruguay al norte de Concordia. Foto: AIM

Potencialmente se podrían generar 154 terawatios-hora de electricidad por año, más que el consumo total de 2008, que fue de 110 teravatios-hora. (un teravatio es un millón de millones de vatios, y un vatio es una unidad de potencia igual a un julio por segundo).

No es posible usar todos los incendios ni toda la masa vegetal para convertirlos en electricidad, pero los números a que alude el estudio permiten estimar la magnitud del recurso.

La investigación muestra que esta fuente de energía podría reducir las emisiones de gases con efecto invernadero al reemplazar a los combustibles fósiles en la generación termoeléctrica.

La utilización de biomasa vegetal constituye una recirculación de carbono y no un aporte neto de CO2 a la atmósfera, como cuando se usa gas o fuel-oil para generar electricidad.

Cuando se quema madera se devuelve al aire el dióxido de carbono que la planta sustrajo del aire en su momento para formar la madera. En cambio, cuando se quema petróleo no hay tal circulación de carbono.

En realidad, el petróleo que está bajo tierra ahí debiera quedar, y si no es así es porque hay intereses fortísimos que lo cambian de lugar.

Según las mediciones la extracción del 11 por ciento del crecimiento anual del bosque chaqueño, en un área de 363.000 hectáreas, permite satisfacer sustentablemente la demanda de una planta de generación térmica con una capacidad instalada de 113 megawatts (equivalente a un tercio de Atucha 1) a lo largo de toda la vida útil de la planta.

Con una red de alta tensión, la energía generada en el bosque chaqueño se podría utilizar en cualquier cordón industrial o ciudad del país. La producción de bioelectricidad no implica un cambio radical del uso del suelo como cuando se lo desmonta para cultivar soja, y a la vez representa un uso más eficiente respecto de la producción de carbón que se realiza en esos bosques bajo condiciones de trabajo extremadamente precarias.

La energía hidráulica
En Entre Ríos se construyó la represa de Salto Grande, en el río Uruguay al norte de Concordia, con la consecuencia del anegamiento de la vieja ciudad de Federación y la generación de un cinturón de miseria en la llamada “Capital del Citrus”.

Luego, cuando se quiso construir otra represa en el Paraná a la altura de la isla del Chapetón frente a Villa Urquiza, una reacción generalizada de una población ya inmunizada llevó a la legislatura a votar una ley que establece que la provincia es “libre de represas”.
La energía que proveen las centrales como Salto Grande es limpia y renovable, pero tiene inconvenientes derivados del impacto ambiental de los embalses.

La construcción de las grandes presas genera efectos negativos sobre el entorno durante el periodo de construcción y en ocasiones permanentes, como fue la pérdida definitiva de la Vieja Federación.

Las presas hidroeléctricas modifican el hábitat de muchas especies y destruyen en gran medida toda la vegetación lindante, además de afectar el ciclo natural de los peces, al constituir un obstáculo artificial.
Muchas regiones de la Tierra enfrentan ya problemas de abastecimiento de agua y la que debe destinarse a la población, al ganado y a los cultivos no es suficiente.

No hay entonces suficiente para la represa. En Salto Grande, construida en un río que debe llevar un caudal medio de 6000 metros cúbicos de agua por segundo, muy poco tiempo hay suficiente para permitir el trabajo a pleno de sus 14 turbinas y en ocasiones trabaja una sola
Tanto Salto Grande como el Chocón o Yaciyretá, las grandes centrales hidráulicas argentinas, y las menores como Alicurá, Piedra del Aguila, Planicie Banderita y Futaleufú, están lejos del gran centro de consumo que es Buenos Aires.

Por eso se hizo necesario el tendido y mantenimiento de costosísimas redes de distribución de electricidad en alta tensión, que no solo provocan pérdidas inevitables de energía sino que generan otro impacto ambiental que está siendo cada vez mejor conocido y más rechazado.

En Federación los habitantes de la ciudad sepultada bajo el agua del lago de Salto Grande se estaban mudando con tristeza sin medida a las casas de la nueva ciudad, que parecía un desierto bajo del sol de verano. Dejaban la vieja ciudad ahogada en agua, como ellos en penas, la ciudad que había crecido orgánicamente durante siglos, donde cada casa tenía su historia y sus moradores conocían las familias de sus vecinos desde generaciones como conocían desde el nacimiento, porque los habían plantado, los cercos vivos de sus terrenos.

En la ciudad nueva los vínculos que trenzó largamente el afecto se cortaron de golpe, para dejar los muñones. Los viejos pobladores, en momentos de bajante del río, iban a la ciudad vieja a instalar sus sillas sobre en las baldosas remanentes de la que había sido su casa demolida.

Cada cual quedó separado de su vida anterior en una vivienda igual a todas, levantada en un terreno extraño, igual a cualquiera. Había publicitadas algunas ventajas: las casas tenían termotanques eléctricos porque la energía de Salto Grande, a la que Federación se había sacrificado, iba a costar muy poco.

La obra de la represa ya había terminado y lo que dejó hasta ahora fue un cinturón de miseria sobre todo en Concordia que no había sido comentado por los que prometían trabajo, progreso, etc, etc. Pronto les llegó la hora a los habitantes de la Nueva Federación de mandar al galponcito del olvido los termotanques eléctricos, porque a ellos la energía, según la boleta, les costaba más que en Buenos Aires, para la que en realidad se había hecho la obra.
De la Redacción de AIM

URL: http://www.aimdigital.com.ar/aim/?p=181511

Leave a Reply