Escrutado el 99,8 por ciento de la votación, los malvinenses dijeron sí a permanecer como colonia británica y un no rotundo a ser parte de Argentina.
Así lo evidenciaron estos resultados aunque Argentina se abstiene de reconocer esta decisión democrática y por ende, mantiene los reclamos de soberanía.
El recuento oficial de este martes mostró dicho porcentaje de isleños que votaron a favor de seguir siendo un territorio británico de ultramar, en la votación que Argentina la consideró como una estrategia publicitaria sin sentido.
Sólo hubo tres votos por la opción no de unos 1.500 emitidos.
"Seguramente este debe ser el mensaje más fuerte que podemos enviar al mundo", dijo Roger Evans, uno de los ocho miembros electos de la Asamblea Legislativa de las Islas Malvinas, llamadas Falkland por los ingleses.
"El mensaje de que estamos contentos, que queremos mantener el status quo (...) con el derecho a determinar nuestro propio futuro y no convertirnos en una colonia de Argentina", agregó.
El patriotismo está exacerbado en las inhóspitas y tormentosas islas que se encuentran frente a la Patagonia, en el punto más austral de Sudamérica.
La participación fue de un 92 por ciento entre los 1.649 isleños nacidos en Malvinas y residentes de larga data registrados para votar.
A 31 años de una guerra entre el Reino Unido y Argentina por el archipiélago del Atlántico sur, los residentes se han sentido perturbados por los reclamos cada vez más fuertes de Buenos Aires sobre las Malvinas.
Políticos locales esperan que una votación contundente por el "sí" los ayude a conseguir apoyo en el exterior, por ejemplo en Estados Unidos, que ha adoptado una posición neutral frente al tema de la soberanía.
"Nunca vamos a cambiar el reclamo o el punto de vista de Argentina, pero creo que hay muchos países que están sentados a un costado (...) esto les va a mostrar claramente lo que la gente piensa", agregó Edwards.
El ánimo era alegre mientras los isleños hacían fila en el frío para votar en la tranquila capital de la isla, Puerto Argentino, llamado Puerto Stanley por los colonos británicos, algunos de los cuales lucían novedosas vestimentas con los colores rojo, blanco y azul de la bandera británica.
"Somos británicos y así queremos seguir siendo", dijo Barry Nielsen, quien vestía un sombrero con los colores de la bandera del Reino Unido al emitir su voto en el municipio de Puerto Argentino, donde vive la mayoría de los cerca de 2.500 isleños.
Presión sobre Reino Unido
La presidenta argentina, Cristina Fernández, ha aumentado la presión sobre Reino Unido para que negocie la soberanía de las islas, algo a lo que Londres se rehúsa a menos que los isleños soliciten el diálogo.
La mayoría de los países latinoamericanos y muchas otras naciones en desarrollo han expresado su respaldo a Argentina, que ha redoblado sus demandas desde que compañías que cotizan en la bolsa de Londres han comenzado a perforar la escarpada costa de las Islas Malvinas en busca de petróleo y gas natural.
El secretario de Relaciones Exteriores británico, William Hague, dijo que el referendo claramente mostró que los isleños querían seguir siendo un territorio británico de ultramar.
"Todos los países deben aceptar los resultados de este referendo y apoyar a los isleños de las Falkland mientras continúan desarrollando su hogar y su economía", dijo en un comunicado.
"Siempre hemos sido claros que creemos en los derechos del pueblo de las Falkland para determinar su propio futuro y para decidir sobre el camino que desea tomar. Es lo correcto que, en el siglo XXI, estos derechos se respeten", agregó Hague.
Sin embargo, funcionarios del Gobierno en Buenos Aires pusieron en duda la legitimidad del referendo. Dicen que la disputa por la soberanía debería ser resuelta entre el Reino Unido y Argentina y citan resoluciones de Naciones Unidas que llaman a Londres a que se siente a negociar.
"Este (referendo) es un truco que no tiene valor legal", dijo Alicia Castro, embajadora argentina en Londres.
"A los isleños les conviene una negociación", sostuvo en una radio argentina, afirmando que Buenos Aires no quiere negarles su identidad, que ellos son británicos y Argentina desea respetar su identidad y su estilo de vida "si quieren seguir siendo británicos (...) pero el suelo donde viven no lo es".
El país sudamericano reclama el territorio desde 1833, argumentando que lo heredó de los españoles tras la independencia y que Gran Bretaña expulsó a la población argentina de las islas.
La guerra, en la que murieron 650 argentinos y 255 ingleses y que terminó con la rendición de Argentina 74 días después, es recordada en el país austral como un humillante error de una dictadura desacreditada. Y hoy nadie pide una acción militar.
La mayoría de los argentinos cree que las islas pertenecen legítimamente al país sudamericano y que siguen siendo un potente símbolo nacional que une a rivales políticos.
Los isleños, que gozan de un crecimiento económico gracias en parte a la venta de licencias de exploración de gas natural y petróleo, dicen que no esperan que el resultado del lunes persuada a Argentina.
"La postura de Argentina sobre las Falkland seguirá siendo la misma", dijo Craig Paice, residente de Puerto Argentino, vistiendo una camiseta con el lema "Nuestras islas, nuestra decisión" mientras esperaba para votar el lunes.